Carlos Maglio tomó decisiones correctas durante todo el encuentro. A mi entender tuvo un buen desempeño y no influyó en el resultado. En las jugadas claves tomó decisiones correctas. El penal que sanciona a favor de Atlético es claro. Además, es una jugada de último recurso, por lo que está muy bien expulsado Mario Vera.
En el segundo tanto de Atlético, cuando los futbolistas de San Martín reclaman que fue off side, el árbitro se apoyó en el juez de línea. Desde la posición en que yo me encontraba en la tribuna es muy difícil ver si fue o no posición adelantada. El línea en ningún momento levantó la bandera y apenas pasó la jugada Maglio lo miró para decidir. Si el jugador de Atlético estaba fuera de juego, no es un error del árbitro.
Lo que más me gustó de Maglio fue cómo llevó el control del partido. Siempre lo guió por los carriles normales. Es cierto que no tuvo ninguna complicación debido a que los jugadores se dedicaron a jugar. No hubo ninguna jugada con violencia o con mala intención de parte de los futbolistas. Las amonestaciones fueron justas y bien sancionadas.
Lo importante es que quedó demostrado que el clásico se puede jugar con ambas hinchadas. Es el folclore del fútbol. Hubiera sido lindo que termine en paz. Sobre el final, Maglio decidió terminar el partido cuando faltaba un minuto de tiempo adicionado y eso también fue correcto, ya que fue una forma de ponerle paño frío a los incidentes que se estaban produciendo.