La nuca del dueño de la batuta parecía un rostro si se la observaba desde un palco del segundo piso del teatro San Martín. Como estaba de espalda al público, frente a un piano, los pliegues que se formaban en la parte trasera de la cabeza mientras impartía órdenes a los músicos se convertían en muecas. Arrugas transformadas en ojos rasgados, líneas que gesticulaban y una prominencia ósea que se asemejaba a una nariz imposible.
Si el repertorio filarmónico hubiese sido discreto, la ilusión óptica no habría tenido ninguna importancia. Pero si algo quedó bien en claro durante los conciertos de apertura de temporada de la Orquesta Estable de la Provincia, es que a esa troupe de músicos frenéticos le fascina provocar a la audiencia. Bajo la dirección del maestro Jeff Manookian, la orquesta interpretó el concierto para piano Nº 5 en mi bemol mayor de Ludwig van Beethoven, conocido popularmente como "Emperador"; y luego se encargó de tocar la "técnicamente dificilísima" -según el propio Manookian- sinfonía N° 2 en mi menor, del ruso Sergéi Rachmaninoff . Cuando las primeras teclas del piano hicieron eco en la cúpula del San Martín, ya era tarde para olvidar el rostro en la nuca del director. Esa segunda cara fijó la mirada en el público y les advirtió que el barco había zarpado.
A nadie pareció importarle la inoportuna aparición de personas que llegaban tarde y que buscaban un asiento en la platea. A nadie pareció importarle el breve llanto de un bebé a mitad del segundo movimiento de "Emperador". A nadie pareció importarle que a eso de las 22.40 se colara por alguna ventana abierta el bocinazo de un automóvil que atravesaba la avenida Sarmiento.
Manookian supo dirigir la colosal obra del compositor alemán, al mismo tiempo que ejecutaba el piano como solista. Los miembros de la orquesta ejecutaban las melodías con la máxima concentración. No reían, no bostezaban. No hacían otra cosa que fijar los ojos en el capitán del barco.
Terminó Beethoven, hubo un receso de 10 minutos, algunos salieron a tomar aire fresco. Después vino la magia de Rachmaninoff , los aplausos despertaron al bebé y su llanto apenas se escuchó. La orquesta de los tucumanos había regresado.
vuelve la orquesta de la unt al alberdi
La Orquesta Sinfónica de la UNT iniciará la temporada 2013 el viernes a las 22 en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y La Rioja). El concierto de apertura estará a cargo del maestro Ricardo Sbrocco y actuará como solista invitado el violinista Gustavo Mulé, músico tucumano que integra la Orquesta Sinfónica Nacional. El repertorio incluirá la obertura de "El murciélago", de Johann Strauss; "La Habanera" e "Introducción y rondó capriccioso", de Camille Saint-Saëns. También se interpretará la Sinfonía Nº 5, de Ludwig van Beethoven, una de las composiciones más populares y conocidas de la música clásica.