El desánimo y la sensación de impotencia se apoderó de los cañeros tucumanos, a pocos días del inicio de la zafra azucarera. El precio de quebranto a que se vende el azúcar derrumba las expectativas, en especial porque no surgen señales ni del Gobierno ni del sector industrial de que se estén encarando medidas para revertir la crisis, que viene de arrastre del año pasado.
"Los industriales nos hablan de sinceramiento, pero esa actitud no es real en ellos, porque nos viven haciendo trampa", se quejó ante LA GACETA el referente en Tucumán de la Federación Agraria Argentina (FAA), Miguel Ángel Pérez. Reveló que una prueba de que los dueños de ingenios mantienen las mismas mañas de años anteriores es que comenzaron a enviar intermediarios para comprarles la caña a los productores de menor escala.
"Los ingenios están mandando a los 'compradores de caña' a que paguen $ 25 la tonelada de caña en pie, lo que demuestra que hay un interés en aprovecharse de la situación desesperada de los cañeros chicos. Es una vergüenza lo que está pasando", remarcó el dirigente de la FAA.
"Los responsables de la crisis que nos afecta son los industriales, porque retuvieron azúcar de los cañeros para exportar, pero luego lo volcaron al mercado interno e hicieron desplomar el precio", recordó Pérez. Fuentes del mercado comentaron que el azúcar se vende a $ 125 la bolsa de 50 kilos, un valor que torna inviable la actividad.
Para buscar una solución al mal momento del sector azucarero, la Legislatura sancionó en febrero de este año una ley de creación de un instituto que se ocupará de controlar la producción de azúcar y alcohol y la exportación de excedentes, con el objetivo de que se mantenga equilibrado el mercado interno. Sin embargo, la ley sólo tiene alcance en Tucumán, donde se produce el 60% del azúcar de la Argentina. Con representación del Gobierno provincial, de los ingenios y de los cañeros, se conformó el directorio del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), pero la nóvel entidad aún no arrojó resultados prácticos positivos.
"El cañero no tiene ganas de empezar la zafra en las actuales condiciones, ni de volver a cultivar, ni nada. Hay un sobrante de azúcar en el mercado de entre 380.000 y 400.000 toneladas, mientras se espera una cosecha de caña en Tucumán que sería superior a la del año pasado pese a la sequía, porque se amplió el área con el cultivo", apuntó Pérez. "La situación es dramática y con pronóstico aún peor, porque lo que termina pasando es que aumenta la concentración de cañaverales en grandes empresarios, porque el cañero chico en muchos casos tiene que resignarse a arrendar su campo por dos pesos para poder subsistir", añadió.
Por último, Pérez se quejó de que la ayuda que brinda el Gobierno nacional al sector se circunscriba a ayudas económicas aisladas a algunas cooperativas. "El padrón de UCIT (Unión Cañeros Independientes de Tucumán) es de 6.500 productores, la mayoría de los cuales no se favorece con las dádivas aisladas que otorga la Nación", finalizó.