ABU DABI.- Bill Gates admite con una sonrisa que no es demasiado habitual recibir una carta que te invita a acabar para siempre con una de las enfermedades más perniciosas del siglo XX. Menos aún, cuando el receptor de la misiva es el hombre más rico del mundo y su destinatario, la segunda mayor fortuna del planeta.
En una entrevista exclusiva con EFE -la primera conjunta que conceden a un medio de comunicación-, los dos hombres que encabezan año tras año las listas de millonarios, el mexicano Carlos Slim Helú y el estadounidense Bill Gates, develaron la aportación que el primero realizará a una de los iniciativas filantrópicas del fundador de Microsoft.
Slim contribuirá con U$S 100 millones a un plan que pretende borrar la polio en seis años de la faz de la tierra.
¿Por qué tanto dinero y energía en combatir una afección que el año pasado solo afectó a 223 niños y es endémica únicamente en tres países?.
"Con la polio hay dos posibilidades: o redoblamos el trabajo y de verdad acabamos con ella, y en ese caso nos ahorramos todos los costes de la vacunación, o detenemos este gran esfuerzo y la polio podrá extenderse de nuevo y volver a infectar a cientos de miles de niños", explica Gates.
Los últimos 25 años han sido capitales en la lucha contra la polio, gracias a las campañas de vacunación emprendidas en todo el mundo, y ha pasado de paralizar a 350.000 niños al año en 125 países a ser endémica solo en Nigeria, Pakistán y Afganistán.
Paradójicamente, llegar a la estadística de "cero casos" será la tarea más difícil.
Como recuerda Slim, el principal problema ahora para su total eliminación no es tanto de recursos o dinero, sino de conseguir llegar a los poblaciones de mayor riesgo, ubicadas muchas veces en lugares remotos y en una compleja situación de seguridad.
Desde el pasado mes de diciembre, por ejemplo, casi una veintena de personas han muerto en una oleada de asesinatos contra trabajadores humanitarios que participaban en la campaña de inmunización contra la polio en Pakistán. Slim y Gates son hombres de negocios, y ninguno tiene interés en ocultarlo.
Mantienen una aproximación casi empresarial a la filantropía y en su discurso dejan escapar a menudo términos como "eficiencia" o "ahorro", alusiones a las ventajas de aplicar la mentalidad emprendedora al altruismo, y cifras sobre la conveniencia económica de apoyar esta u otra causa. Por ello, conscientes de que mucha gente se pregunta qué podría suceder si las mayores fortunas se pusieran de acuerdo para resolver los problemas que afligen al mundo, han convertido la eliminación de la polio en algo casi personal, un reto que dará la medida del potencial de este tipo de asociaciones.
Dice Gates: "si no tenemos éxito con la polio, sería un tremendo revés no solo para la salud global, sino también para el optimismo sobre lo que los hombres pueden hacer cuando se unen. Si tenemos éxito, eso nos fortalecerá y nos recordará que juntos podemos hacer cosas asombrosas".
La "credibilidad" que esperan obtener en el combate contra la polio les permitiría prolongar esta asociación frente a otras enfermedades, pero aún es pronto para abrir nuevos frentes de batalla.
Para Slim -relajado, cómodo con una persona con quien, pese a disputarle el simbólico trono de la opulencia, le une una "buena relación"-, lo fundamental es compartir la visión del problema y la decisión de resolverlo, más allá de la sintonía personal.
A la voz de "por qué no te sumas", Gates ha embarcado en su nave a gobiernos y magnates como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, dentro del llamado Plan Global para la Erradicación de la Polio, que deberá contar con un presupuesto global de U$S 5.500 millones para lograr su objetivo en seis años.
El fundador de Microsoft, compañía que abandonó para dedicarse en exclusiva a la filantropía, confía en que su pasión por esta actividad pueda contagiar a otros hombres de negocios, y que estos pongan en práctica sus habilidades empresariales para que "cada dólar se gaste de una mejor forma".
El mexicano y el estadounidense coinciden en que la filantropía y el mundo de la empresa son "sorprendentemente similares" y tienen dificultades para elegir uno sobre el otro.
"Quizá la única diferencia esté en los objetivos. En los negocios, tus metas son una mayor cuota de mercado, rentabilidad... Pero en ambos lugares buscas la eficiencia, organizar bien lo que vas a hacer, y que tu capital humano sea el mejor", explica el ingeniero Slim.
Mientras, Gates no duda en agradecer a su éxito en los negocios la oportunidad de poner en práctica su trabajo filantrópico, después de que, como dice, "la magia del software fuese mi enfoque fanático durante tantas décadas de mi vida".
Los ojos vivarachos de Slim no dejan de escudriñar a Gates durante la entrevista, mientras que este asiente continuamente para subrayar las palabras del mexicano. No se engañan, saben que sus mareantes fortunas hablan por si solas, y que millones de personas confían en que de su buen entendimiento pueda salir un mundo mejor. (EFE)
"Es necesario financiar las asociaciones público-privada"
El mexicano considera que ese tipo de unión puede servir para resolver los problemas sociales y no solamente los de las compañías.
ABU DABI.- El magnate mexicano Carlos Slim considera que la actual crisis financiera no es global sino que afecta a los países desarrollados, y aboga por aumentar la participación del sector privado para salir de la situación.
En una entrevista exclusiva a EFE junto con el estadounidense Bill Gates, Slim señaló: "muchos de los países desarrollados están en una crisis específica a causa de sus altos niveles de deuda y sus déficit fiscales".
Sin embargo, el considerado hombre más rico del mundo recordó que hay que mirar también a otros países y mercados emergentes en regiones como Asia o el Golfo Pérsico, cuyos bancos están en buen estado y sus finanzas también.
Ante esta "nueva sociedad y nueva civilización", el empresario mexicano apostó por una mayor participación del sector privado en todo.
"Es necesario financiar las asociaciones público-privadas", explicó Slim, quien presentó en Abu Dabi, dentro de la Cumbre Mundial sobre las Vacunas que se celebra esta semana, una aportación de cien millones de dólares a la iniciativa de Bill Gates para erradicar la polio por completo en un plazo de seis años.
"Estoy convencido de que nuestra preparación y nuestros recursos (de los empresarios) son muy importantes para ayudar a resolver los problemas sociales y otros que no son estrictamente los de nuestras compañías", opinó.
Por ello, para Slim, los hombres de negocios pueden ser complementarios a los gobiernos, no sus sustitutos, ya que muchas veces los obstáculos que se afrontan son imposibles de resolver solo por una persona o un grupo.
"Cuando hablo de asociaciones público-privadas, no lo hago solo en referencia a inversiones con ánimo de lucro, sino también para solucionar problemas principalmente en los campos de la sanidad, la educación, el medioambiente, los derechos humanos o la nutrición", dijo.
Gates destacó que en sus proyectos comunes con Slim, como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) ubicado en México, siempre ha habido gobiernos asociados, y detalló que, en la campaña contra la polio, el 60% de la financiación proviene de los estados.
Al tiempo que reconoció la importancia de la contribución pública, defendió que "hay una creatividad y una singularidad que los filántropos pueden aportar a esta mezcla".
En su papel de filántropo, Gates ha pasado a trabajar de forma más estrecha con los gobiernos, tanto de países ricos como en desarrollo, y a tener que aprender nuevas cosas, "aunque la idea básica de cómo funciona el sistema y qué tipo de innovaciones podrían cambiar las cosas es sorprendentemente común".
Slim no dudó en resaltar una y otra vez la importancia del empresario como generador de puestos de trabajo, "ya que al final del día, es la única forma de sacar permanentemente a la gente de la pobreza".
"En la fundación se intenta dar a la gente la base para que tenga salud y educación, de forma que tengan mejores oportunidades de encontrar un buen trabajo", remarcó el propietario de empresas como Telmex o el Grupo Carso.