A Superman le llegó el tiempo de las dudas existenciales. Era hora. A fin de cuentas, ¿cómo puede sentirse un extraterrestre indocumentado, sin un planeta al que volver ni sangre de su sangre que lo contenga? No podía esperarse otra cosa de Christopher Nolan, el cerebro detrás del Batman de Christian Bale. Así como guió a Bruno Díaz por los tortuosos caminos de su mente y de su pasado, Nolan puso manos a la obra y junto al guionista David S. Goyer diseccionaron a Clark Kent. Superman transita durante más de dos horas por la pantalla casi sin regalar sonrisas. Tiene mucho de qué preocuparse.
Ojo, este enfoque no le quita a "El hombre de acero" la parafernalia que puede esperarse de los 225 millones de dólares que gastaron Warner y Legendary para demostrar, de una vez por todas, que están a la altura de Marvel, de Disney y de Fox si de llevar superhéroes al cine se trata.
Para eso apelaron a la imaginería visual que es capaz de desplegar Zack Snyder, el director de "300" y de "Watchmen". Claro, con la cercana supervisión de Nolan. Snyder nos muestra a Superman en 3D, poderoso, arrollador durante la media hora final, que -según anticipan- es sencillamente estremecedora.
Snyder y Nolan moldearon un Superman a su medida. Para eso mantuvieron larguísimas charlas con Henry Cavill, el actor inglés que accedió a un reto: meterse de cabeza en un papel catalogado de maldito en la industria.
Cavill cambió los trajes de época que lució en "Los Tudor" para enfundarse en el emblemático uniforme azul con la S en el pecho. Eso sí, adecuado a los tiempos. El vestuarista James Acheson se deshizo del shortcito rojo y vistió a Superman con un espléndido modelo futurista. Los fans fruncieron el ceño, pero lo dejaron pasar.
A este Superman serio y reconcentrado le caerá el villano justo. Fue inteligente la decisión de no haber apelado a Lex Luthor, brillantemente encarnado por Gene Hackman en el pasado. ¿Para qué arriesgarse? Ya habrá espacio para el archienemigo del hombre de acero en futuras películas. Lógico, siempre y cuando funcione este tanque, que se estrena en Tucumán al mismo tiempo que en Estados Unidos.
Superman se las verá con el General Zod (Michael Shannon), quien -como él- proviene del extinto mundo de Krypton. Pelearán mano a mano entonces. Recordemos que la fuente de poder para ellos es nuestro sol. Un dato: Terence Stamp hizo de Zod en "Superman II", allá por 1980.
Warner tiró toda la carne a la parrilla al momento de armar el cast. Rusell Crowe es Jor-El, el papá que salva al bebé Kal-El justo antes del cataclismo de Krypton. Ambos se comunicarán años después gracias a la tecnología. Bueno, eso ya lo vimos cuando Marlon Brando le bajaba línea a Christopher Reeve. Al matrimonio de granjeros que adoptan al niño alienígena, los Kent, lo integran Kevin Costner y Diane Lane. Y el director del diario en el que Clark se emplea en Metrópolis no es otro que Laurence Fishburne.
¿Y qué hay del amor que promete Luisa Lane? Irresistible, Amy Adams se anima a abrirle el corazón a Superman.
Estrellas y pirotecnia le sobran a "El hombre de acero". Lo mejor de Hollywood: Nolan, Goyer, Snyder, la música de Hans Zimmer, diseño de producción de Alex McDowell y fotografía de Amir Mokri. Habrá que ver si la historia se sostiene; si la tensión dramática está a la altura. Si hay sustancia en este personaje creado hace 75 años por Joe Shuster y Jerry Siegel y que se recicla una y otra vez.
La pregunta repetida es si esta será la puerta de ingreso a una serie de películas sobre la Liga de la Justicia. Paciencia. A los personajes de DC les cuesta encontrar su lugar en el cine. Recordemos el fracaso de Linterna Verde, y el hecho de que la serie de Batman quedó en stand-by después del cierre de la trilogía. Si a este Superman le va bien -como a sus colegas de Marvel- la historia será diferente. Pero no nos apresuremos.
Las primeras impresiones fueron positivas, ya que quienes vieron los preestrenos escribieron reseñas laudatorias en los foros de Internet. Ninguna calificación baja de muy buena. Será el toque mágico de Nolan, la muñeca cinematográfica de Snyder, la solidez de Cavill, el espectáculo visual... Sea cual sea la razón, vale la pena esperar un Superman que, además de salvar el mundo, responda un par de preguntas.