Josep Guardiola se estrelló en su primera prueba de fuego con el Bayern Múnich: el campeón alemán y europeo perdió hoy 4-2 con el Borussia Dortmund la final de la Supercopa Alemana y entregó así a su mayor rival el primer título de la temporada y el primer partido oficial con el técnico español.
Los goles de Marco Reus (5' y 86'), Daniel Van Buyten en contra (55') y un enorme Ilkay Gündogan (56') masacraron a un Bayern desdibujado en un partido que ponía en juego no sólo un título, sino también el prestigio entre los dos grandes del fútbol alemán. De nada valió el doblete de Arjen Robben (54' y 64'). ¿Puede el Dortmund frenar este año por fin a un Bayern que parecía invencible? ¿Mantendrán los bávaros su supremacía absoluta tras el histórico triplete de Liga, Copa y Liga de Campeones que vienen de lograr con Jupp Heynckes? ¿Y resistirá Guardiola la presión de esa herencia? Con esas preguntas flotando en el aire sofocante de la noche de Dortmund, el primer clásico entre los dos finalistas de la Champions League hizo vibrar hasta el agotamiento a los 80.000 espectadores y anticipó una rivalidad que este año asoma más apasionante que nunca. Guardiola venía de una pretemporada soñada con más de 60 goles en nueve partidos, incluido un 2-0 ante el Barcelona, su ex club. Pero el comienzo de la temporada oficial se pareció más bien a una pesadilla. El Dortmund inició el partido dueño de la pelota y volcado al ataque aprovechando que el Bayern mostraba una cara irreconocible, sin posesión, sin movilidad y sin centro del campo, elementos todos claves en el esquema de Guardiola.
El castigo no tardó en llegar: en el minuto cinco, una cadena de fallos defensivos y un error garrafal del arquero Starke, suplente del lesionado Manuel Neuer, permitieron a Reus cabecear solo ante el arco para abrir el marcador. Guardiola sacudió la cabeza incrédulo.
El golpe no despertó al Bayern y Robert Lewandowski pudo agravar la situación al escapar de Boateng y marcar el 2-0, pero el tanto fue anulado correctamente por fuera de juego. El polaco tuvo otra clara en el 20' al conectar un centro sólo en el área chica, pero Stark se desquitó de su error en el gol con una gran parada.
Sin recuperar posesión ni juego, el Bayern avisó dos veces por medio del suizo Shaqiri, pero el reemplazante del lesionado Franck Ribéry en la banda izquierda se encontró dos veces con el arquero del Dortmund, Roman Weidenfeller. También Mario Mandzukic quedó a centímetros de conectar un centro ante el arco vacío en el 34'.
Hubo que esperar al segundo tiempo para que Robben, silbado toda la noche por una hinchada que no olvida su gol decisivo en la final europea de Wembley, ganara la espalda a Subotic y cabeceara un centro de Philipp Lahm para empatar el partido en el minuto 54.
Fue el único respiro que tuvo el Bayern en toda la noche. En sólo dos minutos, Van Buyten clavó en propia puerta el 2-1 y Gündogan amplió ventaja con un exquisito remate desde fuera del área que se clavó junto al palo.
La temperatura entre dos de los equipos más fuertes de Europa podía subir aún más y Robben volvió a poner emoción descontando con un zurdazo desde la puerta del área.
Pero con el duelo convertido en un ida y vuelta constante entre los dos equipos ya desatados, Reus redondeó una gran noche marcando ante el arco vacío el 4-2 definitivo tras un pase de Aubameyang.
El Dortmund conquistó así su cuarta Supercopa Alemana, pero sobre todo golpeó primero en un combate que se extenderá todo el año. La mejor prueba de ese golpe anímico fue la mirada vacía de un Guardiola silencioso en los últimos minutos de su primera prueba de fuego con el Bayern.