No sólo los jóvenes y los fieles se energizaron con las palabras del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud, en Brasil. En Tucumán, el arzobispo monseñor Alfredo Horacio Zecca también sintió el sacudón del efecto Francisco, y espera ansioso que los peregrinos comiencen a hacer un "gran lío" en la Iglesia tucumana. A los sacerdotes les dice que no hagan más importante "la siesta del cura" que las necesidades de la gente, y a los fieles los invita a que "crezcan", a que dejen de lado el "sí padre". Los llama a "una iglesia en movimiento" porque las "cargas se acomodan en el camino". "Lo importante es no quedarse quieto", resume.
Sentado en una mesa de Il Postino, de 25 de Mayo y Córdoba, durante la tarde, monseñor Zecca compartió una charla con LA GACETA, de la que reproducimos algunos párrafos. Siempre sonriente, a pesar de algunas dolencias en su columna, no cree que el Papa vaya a realizar ningún cambio en la doctrina. No le sorprende nada de lo que dijo hasta ahora, porque siempre se mantuvo fiel al Evangelio. Pero sí cree que Francisco está marcando actitudes. "A los curas nos pide que seamos servidores, gente de diálogo, que seamos más cercanos, cariñosos, no simples administradores", dice.
- ¿Le sorprende todo lo que dijo el Papa en Brasil?
- No, para nada. Es un hombre comunicativo, sencillo, abierto… que llega a la gente. ¿Quien junta hoy tres millones de personas sin choripán ni colectivo? Para los que esperan que el Papa haga grandes cambios les digo que no va a haber ningún cambio a nivel de doctrina. Nunca lo pensó, ni cuando era cardenal. El Papa no se va a apartar del Concilio Vaticano II. No vamos a dar sacerdocio a las mujeres ni aceptamos el matrimonio igualitario.
- ¿Qué entiende cuando el Papa pide una Iglesia que vaya a la periferia?
- Entiendo que nos pide ir a predicar el Evangelio a todos los que están alejados: al que se quedó atrás, al que se fue de la iglesia porque se escandalizó... No sólo al que vive en la villa. Nos dice: 'sean callejeros en la fe', que significa 'salgan, no se encierren, vayan a anunciar el Evangelio'. Y eso vale para todos.
- ¿Qué significa poner al pobre en el centro?
- Es un concepto de pobreza bien amplio. Pobre es todo. Pobre es el que no tiene qué comer, el nuevo leproso preso de la droga, el que perdió el sentido de la vida (aunque tenga plata).
- ¿Y aprender del pobre?
- El pobre en sentido bíblico es el humilde, el que está abierto a Dios. Tener pocas cosas y necesitar de la providencia divina es una actitud de la que uno puede aprender. En cambio, la riqueza o la seguridad nos hace orgullosos y al final terminamos poniendo la confianza en nosotros mismos y no en Dios. El pobre siempre es imagen de Cristo. De él tenemos mucho para aprender.
- ¿Por qué no hay curas villeros en Tucumán?
- No hay curas villeros, porque no se dio así en Tucumán. Las capillas están perfectamente atendidas. Los asentamientos están dentro de las jurisdicciones de las parroquias y se atiende muy bien a los sectores carenciados. Nuestros sacerdotes están más integrados y no tengo la impresión de que nuestros barrios más pobres estén desatendidos.
- ¿Cómo interpreta la mención del Papa sobre los obispos con psicología de príncipes?
- Que quiere obispos sencillos, que no estén ambicionando el poder. Y lo simplificó cuando habló de los obispos polígamos. Hay que entenderlo en este contexto: los obispos llevamos el anillo como signo del desposorio con la Iglesia, entonces dice, si alguien está en una diócesis pero está mirando a otro lado, esperando que lo promuevan, es como si tuviera una mujer y quisieran tener otra. Quiere obispos que no estén detrás de la carrera, sino obispos comprometidos, misioneros, gente de diálogo.
- ¿Cómo deben ser los pastores para Francisco?
- El Papa nos pregunta ¿cuánto tiempo le dedicamos al pastoreo? A veces lo administrativo nos traga. Es un tema de organización. El Papa quiere una nueva actitud, un camino nuevo. ¿Cuántos planes pastorales hay que transmiten ideas pero no ternura ni cercanía? Lo difícil es saber cómo lo hacemos. Nos está pidiendo un examen de conciencia y una actitud de fondo, que seamos más misioneros, que anunciamos al que está lejos.
- ¿Y cómo lo logramos?
- Con comunidades vivas y en movimiento. En esa conferencia que les dio a los obispos latinoamericanos dijo que es importante que hagamos participar a los laicos creativamente, es decir que los impulsemos, que no los hagamos dependientes de nosotros. Porque eso, en el fondo, infantiliza a los laicos, no los deja crecer. Evitemos el sí padre. El obispo tiene que ser alguien que va adelante marcando camino, que va en el medio para que nadie se escape, y que va atrás y sigue al pueblo que tiene su propio olfato para descubrir el camino. El obispo no sólo es el que va adelante, sino también el que acompaña.
- ¿Y qué cree que va a reformar?
- Va a reestructurar la curia romana para hacerla más dinámica. En realidad este proceso ya venía produciéndose. Recordemos que Pablo VI suprimió los títulos nobiliarios... Estaba la marquesa pontificia, etcétera, etcétera... Ahora el Papa está por encarar la reforma de la constitución apostólica Pastor Bonus que es la que rige la curia romana. Se va a meter en serio a reestructurarla para hacerla más eficiente. Es consciente de que la Iglesia tiene que agilizar algunas cosas para poder estar al ritmo de los tiempos.
- ¿Qué opina de lo que dijo acerca de la comunidad gay?
- Lo que dijo es que si alguien tiene el corazón abierto y trata de buscar a Dios, ¿quien soy para condenarlo? La Iglesia siempre se opuso al matrimonio igualitario, aunque no hubiese tenido ninguna dificultad si se hubiera hecho un contrato social con todos los derechos. Pero usar un instituto como el matrimonio para eso es deformar las cosas. No es para nada contradictorio. La Iglesia no acepta el matrimonio igualitario, porque va contra la ley natural ¿Pero que yo no desprecie a alguien por ser gay es contradictorio? No, porque el Papa no dice más que lo que está en el Evangelio. Él no quiso marginar a nadie, claro que usó la palabra 'gay', pero lo hizo como parte de la cercanía que él tiene para decir las cosas por su nombre. Me parece estupendo lo que dijo el Papa, ahora que se le busque la quinta pata al gato bueno… Hay que ser muy retorcido para pensar eso.
- ¿Qué va a cambiar en la iglesia de Tucumán a partir de la JMJ 2013?
- Tenemos que replantearnos si estamos siendo misioneros. Es un incentivo muy grande. Como Iglesia debemos preguntarnos si no estamos demasiado cómodos. Por ejemplo, en el año de la fe yo no he visto que nos hayamos movilizado mucho, y esto no sólo ocurre en Tucumán. Tengo la impresión de que estamos muy instalados. Estamos muy contentitos y esta inyección nos viene bien. Tenemos que salir más a la calle. Hay que aprovechar el envión que traen los peregrinos y alentarlos. A los curas les diría que se dejen contagiar este espíritu misionero, porque el Papa nos dice por todos los medios que salgamos a la calle. Si queremos dormir la siesta y cerrar las iglesias vamos mal, si nos convertimos en funcionarios, peor.