WASHINGTON.- El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, quiere reducir las penas en casos menores de droga, acortar las sentencias para presos mayores y crear alternativas a la cárcel para criminales no violentos, en un intento de modificar una ley que suele afectar a la población más marginada y que provocó una sobrepoblación carcelaria que costó U$S 80.000 millones en 2010.
EEUU tiene 2,2 millones de presos, y es la mayor tasa del mundo con una media de 716 encarcelados por cada 100.000 habitantes. La ocupación de los penales está en el 99% de su capacidad.
El diario The Washington Post publicó que Holder pretende que aquellos casos en los que el delito haya sido cometido por una persona sin vínculos con bandas u organizaciones narcotraficantes, y por un cargo de posesión menor, el inculpado no tenga que cumplir obligatoriamente una dura pena de cárcel, tal como sucede hasta ahora por una norma de 1986.
Una condena mínima por posesión de cinco gramos de crack (sustancia que consumen especialmente las comunidades más pobres) es de cinco años de cárcel sin libertad condicional, la misma pena que tener medio kilo de cocaína, una adicción más común entre clases socialmente privilegiadas.
"Un círculo vicioso de pobreza, criminalidad y cárcel atrapa a demasiados estadounidenses y debilita a demasiadas sociedades. Muchos aspectos de nuestro sistema judicial criminal podrían estar exacerbando este problema en vez de aliviándolo", opina Holder. (DPA)