Hugo E. Grimaldi - Columnista DyN
BUENOS AIRES.- Por el grave contraste sufrido en las PASO, al Gobierno se le dio por el lado de las desmesuras nacidas de contradicciones y de errores no forzados, algo que el saber popular llama "escupir para arriba". Luego hubo desborde al descalificar con insultos, antes de ver totalmente el flaco informe del último domingo de Periodismo Para Todos (PPT).
Si quienes movieron a destiempo el avispero hubieran esperado hasta el final del programa para salir del estado de crispación que les generó la previa de la emisión, entonces no se hubiesen enroscado, solitos, la soga alrededor del cuello.
Cuando a través de comunicados y declaraciones se despacharon agravios descomedidos hacia PPT, su conductor y el medio propalador, más allá de los tuits venenosos y discriminadores que nunca se sabrá quien hizo correr, automáticamente allí los genios de la comunicación oficial sacaron ante el gran público patente de culpables.
¿Por qué tanta alharaca ante un programa que ni siquiera pudo revelar en qué hotel de las islas Seychelles se alojó la Presidenta durante las 13,30 horas de su estadía? Más que por razonamientos, la gente se guía por señales y esa apertura de paraguas a destiempo le generó a muchos una gran sensación de autoincriminación. Con el barullo y la supuesta prueba del informe de la Casa Militar sobre el tiempo de la escala, automáticamente, quedaron a la intemperie de las suspicacias todas las desprolijidades del Gobierno. Dos de ellas, muy evidentes, fueron que el 10 de enero pasado se firmó un Decreto que, según el Boletín Oficial del 13 de marzo, decía "visita de Estado a Victoria (República de Seychelles)" y que esa escala se programó "del 21 al 23 de enero de 2013". Si se firmó antes y luego no se cumplió el periplo, no es lo que se ha explicado. Si, antedatado, el Decreto se suscribió tras haber terminado el viaje, el Informe oficial del vuelo o es falso o está desmintiendo la propia historia oficial. Todo un lío difícil de ocultar. El Gobierno, se enroscó solito en el peor de los mundos, casi por nada. Otro ejemplo: si Cristina Fernández quiere "debatir" con la UIA, los bancos nacionales y la CGT oficial porque les ha dicho a ellos que son los "titulares" de la lista de Sergio Massa o bien tiene una confusión sobre los actores del establishment o quiso hacer fuegos artificiales para sus propios seguidores. (DyN)