Sería exagerado decir que todos hablan del señor Cepo. En todo caso, sería más atinado decir que casi todos hablan de él. Y, rara vez, lo hacen bien. Porque desde hace seis meses, cuando se mudó a Yerba Buena, el señor Cepo ha puesto nerviosos a sus vecinos. El diagnóstico empeora cuando interrumpe las sobremesas: lo odian, lo desacreditan. Despotrican contra sus modales. Mencionan irregularidades y atropellos. Dicen que ha llegado para molestar y para fastidiar. El señor Cepo les responde que quiere ayudarlos a ser más disciplinados y respetuosos. Que ha venido a redimir a los que cumplen con las normas de tránsito. Y que, gracias a él, ahora muchos estacionan de modo correcto.
Desde hoy y hasta el martes, en estas páginas se reflejarán las declaraciones de ciudadanos, de funcionarios, de empresarios, de jueces y de abogados, entre otros, sobre la colocación del trabarruedas en la ciudad recostada en la montaña.
En esta edición, consignamos historias contadas por conductores, algunos de los cuales han efectuado presentaciones en contra de la empresa MARM group, que es la que provee los cepos y la infraestructura al Sistema de Reordenamiento de Tránsito, por cuenta y orden de la Municipalidad. Mañana daremos a conocer testimonios de otros ciudadanos. Y el martes mostraremos cómo es el contrato que han firmado la empresa y el municipio, puesto que algunas de esas cláusulas han sido cuestionadas. ¿Qué dice la denuncia penal que ha ingresado a la Justicia? ¿Por qué la empresa entrega un recibo x como comprobante de pago, en vez de una factura? ¿Es lícito que los inspectores coloquen el cepo cuando el conductor está presente? Esas, y otras respuestas, iremos ofreciendo a nuestros lectores.
El caso de Soledad
Esa mañana, Soledad se levantó un poco más tarde que lo habitual. Había avisado en el colegio donde enseña historia que iba a faltar, porque tenía que hacer unos trámites. Así que desayunó junto a sus hijos, de cuatro y dos años. Luego preparó los papeles que necesitaba para las diligencias, y encendió el motor de su viejo Fiat Uno. Eran las 9.45 del jueves 8 de agosto. Salió de su casa, anduvo tres cuadras y se topó con unos inspectores apostados en la avenida Aconquija al 700.
Le hicieron señas para que se detuviera. Soledad estacionó y abrió la guantera, en busca de la documentación del coche. La sorpresa fue hallar ahí los papeles del trámite, y no los que buscaba. Evidentemente, los había sacado para guardar los otros, y olvidó volverlos a poner. Tragó saliva y bajó la ventanilla.
- Solo tengo el carnet de manejo y mi documento- le dijo al oficial que se le había acercado.
- Si no me da la cédula verde y el seguro, voy a tener que secuestrarle el auto- le contestó. Entonces Soledad le rogó que le permitiera llamar a su casa, que estaba cerca -le explicó- para que le trajeran lo faltante. El oficial aceptó. Pero luego, cuando ella había reunido la documentación necesaria para circular, le dijo -según Soledad- que iba a librarle un acta y que, para asegurarse de que pagara la multa, debía acceder a que subiera a su auto y la acompañara a la Dirección de Tránsito, Transporte y Vía Pública, situada en avenida Solano Vera al 500.
"Eran varios hombres con actitudes prepotentes y de maltrato. Me sentí indefensa, así que acepté", cuenta Soledad -profesora, 40 años. Durante el trayecto, no obtuvo ninguna identificación del agente que iba sentado a su lado. Cuando entraron a las oficinas, situadas en la avenida Solano Vera al 500, Soledad fue atendida por dos agentes, quienes le indicaron que el auto debía quedar inmovilizado en ese lugar y que ella debía traslardarse al Juzgado de Faltas, en la avenida Aconquija 2.020, para pagar la multa. "Me hicieron hacer lo que ellos quisieron", concluye Soledad, quien ha pedido reserva de identidad.
Preguntas
Responde Alfredo Linares, abogado especializado en tránsito y asesor del departamento de Municipalidades, Comunas y Seguridad Vial de la Defensoría del Pueblo de Tucumán.
- ¿Cómo debería haber procedido Soledad?
- Todo oficial debe dar a conocer su nombre y su puesto, de acuerdo a lo establecido en la Ley Nacional de Tránsito. La conductora debería haber solicitado esta información al comenzar al procedimiento.
- ¿Es correcto que un ciudadano traslade a un inspector en su vehículo?
- Nadie debe subir a un inspector a su coche. Eso me parece una locura. En ningún lado se ha visto algo así.
El caso de Alejandro
Cuando todo acabó, Alejandro sintió bronca. En los últimos 20 minutos, había vivido una situación vergonzosa. Todo comenzó cuando estacionó su camioneta en doble fila, en la avenida Aconquija al 1.200. Encendió las balizas y entró a una concesionaria de autos situada en esa cuadra, donde debía firmar unos documentos. Mientras aguardaba, oyó que alguien advertía, a los gritos, sobre la colocación de un trabarruedas. Salió, y se dio con que la rueda inmovilizada era la suya, y con dos inspectores que lo aguardaban. "Les pedí disculpas. Uno de los agentes me respondió que iba a sacar el cepo, pero que tenía que acompañarme en mi vehículo a dar una vuelta, así me 'explicaba' la infracción", cuenta Alejandro.
Alejandro subió y el inspector se colocó en el asiento del acompañante. Arrancaron, seguidos por el otro agente, que conducía unos metros detrás el camión grúa. "Me dijo que el precio de la infracción era de $ 1.800, y que él podía hacer algo para que pagara la mitad. Abrí mi billetera y le mostré que no tenía nada. Pero me contestó que consiguiera la plata de donde sea, porque de lo contrario me secuestraban el vehículo", relata.
Alejandro le propuso estacionar frente a un banco, para extraer el dinero. El hombre accedió, aunque le indicó que se detuviera un poco alejado, así no lo tomaban las cámaras de seguridad de la Policía ubicadas en una esquina cercana, según las palabras del agente, reproducidas por Alejandro.
Cuando el conductor le entregó el dinero, el oficial lo saludó y se marchó. Alejandro tiene 34 años. Es ingeniero agrónomo. El episodio relatado por él ocurrió el viernes 23 de agosto, alrededor de las 11 de la mañana. Alejandro ha pedido reserva de su identidad, porque se siente abochornado. "Yo también soy parte del problema, porque entregué dinero", dice.
El caso de Antonia
Antonia Ruiz había estado cuidando a sus nietas. Eran las 21.30 de una gélida noche de mayo. Así que, cuando la hija la invitó a cenar, prefirió marcharse hacia su casa. Le pareció más cómodo comprarse un sándwich en el camino. Detuvo su auto en la avenida Aconquija al 1.377, y descendió. Al regresar con su milanesa entre las manos, se encontró con que dos inspectores le estaban colocando un trabarruedas a su coche.
La arquitecta, de 58 años, les pidió que le quitaran el instrumento y que labraran el acta de infracción. Pero no accedieron. En cambio, le dijeron que fuera a la avenida Perón al 900, a solucionar la situación. La mujer tomó un taxi y se dirigió a la oficina indicada. Cuando llegó, la encontró cerrada. Así que tuvo que regresar a la mañana siguiente. "Pagué $ 320 y no me dieron factura, sino un simple recibo. Para peor, cuando les dije que me entregaran el auto, me contestaron que había quedado en la calle: no lo pudieron retirar porque estaba con freno de mano", relata.
Antonia volvió al lugar donde la noche anterior había encargado un sándwich, y se dio con que la cerradura del vehículo había sido averiada. Le habían robado el estéreo, recién colocado, y toda la documentación del coche. Por el hecho, Antonia realizó, además de una denuncia policial, una presentación en la Municipalidad.
Hasta ahora no ha obtenido respuesta.
Pregunta
Responde Roberto Coronel, subdirector de la Dirección de Tránsito, Transporte y Vía Pública de Yerba Buena.
- ¿Qué debe hacer un ciudadano que se topa con el trabarruedas?
- He recibido quejas de vecinos que sostienen que el trabarruedas se les colocó a sus autos mientras ellos estaban presentes. Quiero aclarar que el cepo no puede ser puesto si el conductor está en el lugar o si llega cuando los inspectores aún se encuentran ahí. Desde la repartición que conduzco he presentado ante la Municipalidad un pedido de ordenanza, en noviembre del año pasado, para regular esta situación.
El caso de Karina
Karina García necesitaba unas fotocopias. Iba por la avenida Aconquija en busca de un negocio que efectuara las copias. Cuando lo encontró, al 2.000 de esa calle, estacionó su auto, cruzó la platabanda, dejó el encargo y volvió a buscar el coche. Era el sábado 24 de agosto, cerca del mediodía. La sorpresa fue hallarlo con un trabarruedas. "No me había dado cuenta de que parte de mi vehículo estaba en una zona en la que el cordón había sido pintado de amarillo", relata.
Como en el coche no halló ninguna notificación sobre cómo proceder, llamó a un familiar, quien le dijo que debía ir a la oficina de pago de la empresa que coloca los cepos. Ahí le cobraron $ 120 en concepto del destrabe, y $ 230 por la infracción, pese a que ella tenía la intención de pagar únicamente para que le quitaran el trabarruedas y concurrir luego al Tribunal de Faltas, a resolver allí la transgresión, según su testimonio.
"Tuve que pagar todo junto porque me dijeron que sino lo hacía, no iban a liberar mi auto", relata.
Si hasta ahí Karina estaba con bronca, peor se puso cuando le entregaron un comprobante de recibo X, en vez de una factura. Entonces, esta doctora en ciencias biológicas de 34 años se dirigió al Tribunal de Faltas, donde pidió hacer un descargo de lo ocurrido.
"No quisieron recibir mi queja porque mi infracción no existía. Por lo tanto, me dijeron que no podían tomar un descargo inexistente. Como hice un pago voluntario, no había expediente". Karina esperó al lunes siguiente, y se presentó en la sede de la Municipalidad, donde presentó una nota por mesa de entrada.
Pregunta
Responde el abogado Alfredo Linares, especializado en tránsito y asesor de la Defensoría del Pueblo.
- ¿Es correcto que la empresa entregue un recibo x?
- Desde el punto de vista impositivo, es cuestionable. La empresa no debería emitir un recibo x por cuenta y orden de la Municipalidad, sino un tipo de factura. Cualquier tercero que cobra por el Estado tiene que entregar una factura de pago. Así lo establecen las leyes.
El caso de Carlos
El hombre vestido de policía volvió a bramarle. Entonces Carlos le repitió la pregunta: "mirá, querido: sólo quiero saber por qué hicieron esto". Otra vez, el hombre vestido de policía se enojó. Así que Carlos esperó a que le quitaran el trabarruedas de su camioneta y se marchó.
Todo había comenzado una hora atrás, cerca de la medianoche, cuando salió de cenar de un restaurante, junto a unos amigos, y se dio con que a su coche le habían colocado el cepo. Según él, en la cuadra donde había estacionado, en la avenida Aconquija al 1.800, no había ninguna señalización que lo prohibiera. Como no halló una notificación sobre el vehículo, unos vecinos le indicaron que debía ir a la avenida Perón al 900, donde se encuentra la oficina de pago.
Cuando llegó, un empleado le informó que debía pagar $ 80 por el destrabe y $ 150 por la infracción. Carlos le solicitó abonar solamente el destrabe, pero le respondieron que, si quería liberar el vehículo esa misma noche, debía abonar el monto total. Accedió, y cuando regresó a donde había quedado el vehículo, halló al hombre vestido de policía junto a otros dos inspectores, que estaban quitando el instrumento.
Después de los insultos, Carlos decidió que no estaba dispuesto dejar las cosas así nomás. Desde ese viernes 26 de julio, este ingeniero de 62 años ha presentado notas en el Concejo Deliberante, en el Juzgado de Faltas y en la Municipalidad de Yerba Buena, y ha efectuado una denuncia policial.
En primer lugar, Carlos cuestiona que lo hayan obligado a pagar la infracción para acceder al destrabe y, en segundo, que le hayan entregado un recibo común, en vez de una factura. Hasta ahora, Carlos no ha obtenido ninguna respuesta.
Preguntas
Responde Víctor Schedan, juez de faltas de Yerba Buena desde 2007.
- ¿A dónde debe efectuarse el pago voluntario?
- Los que ingresan por el juzgado deben realizarse en una cuenta bancaria.
- ¿Por qué la empresa cobra los pagos voluntarios de las infracciones?
- Porque está habilitada para eso.
- Pero la ordenanza establece que para ese fin debería abrir una cuenta bancaria.
- Desconozco.