SINGAPUR.- Sin dudas, la F-1 está frente a un panorama único e irreversible: con siete carreras por delante (incluida la de hoy en el trazado urbano de Singapur), todo parece indicar que el grueso de los pilotos sólo les quedará el consuelo de pelear por el N° 2. Esto, porque el dominio del alemán Sebastián Vettel ya se hizo casi imposible de neutralizar.
El líder del Mundial, con 222 puntos, intentará dar hoy un paso de gigante hacia su cuarto título consecutivo. En la final que comienza a las 9 y que televisará Fox Sports, saldrá desde la pole. El andar de su Red Bull, ayer en la clasificación, fue avasallante: en apenas una vuelta en la qualy 3 clavó los relojes. Acto seguido, se fue a boxes para no salir más, mientras veía cómo sus rivales hacían infructuosos esfuerzos para superarlo.
Vettel superó a su compatriota Nico Rosberg (Mercedes) y al francés Romain Grosjean (Lotus) con absoluta comodidad. Mejor para él, su rival directo a la corona, el español Fernando Alonso, segundo del escalafón a 53 unidades de Vettel, saldrá séptimo con su Ferrari.
"Es una sensación extraña ir al descanso con dos minutos aún de clasificación por delante. Pero es mucho peor estar viendo a los otros sin poder hacer nada", dijo Vettel, que ganó las dos últimas temporadas en el circuito de Marina Bay, de 5.073 kilómetros.
¿Qué pasará hoy? Vettel no se fía: le esperan 66 vueltas entre luces y un calor extremo. "Es una de las carreras más difíciles de todo el año, por el gran desgaste físico y mental. La vuelta es muy larga y no hay lugar para el error", dijo. (Especial DPA)