BEIRUT/ESTAMBUL.- Los inspectores de armas químicas de Naciones Unidas regresaron ayer a Siria para continuar sus investigaciones sobre el uso de gases tóxicos en el terreno, informó un funcionario de la organización internacional desde el Líbano. El equipo liderado por el sueco Åke Sellström, constató que el 21 de agosto se lanzó gas sarín en varios pueblos de los alrededores de Damasco, y ahora se centrarán en denuncias sobre otros tres casos previos, dos en Alepo y el restante, en Idlib. Se prevé que estén cuatro días en el país árabe. Tras la primera inspección, el régimen de Bashar al Assad aceptó que sus arsenales químicos sean controlados y destruidos por la comunidad internacional, lo que aún no tiene plazo, pero negó ser responsable del ataque cerca de la capital.
Mientras tanto, cada vez es más evidente la brecha dentro la oposición siria entre el grupo islamista radical Frente Al Nusra y otras 12 brigadas musulmanes cercanas a Al Qaeda con el insurgente Ejército Libre Sirio (ELS), identificado con la principal alianza opositora, la Coalición Nacional Siria. El comandante rebelde Jalid al Hamud advirtió que el ELS controla sólo al 20% de los combatientes opositores. "La revolución está en un callejón sin salida", admitió el opositor Walid al Bunni. (DPA-Reuters-Télam)