Del otro lado del teléfono, la voz de Miguel Francisco Martínez suena quebrada. Con demasiada tristeza. Y no es para menos. Su hijo Jorge, de 17 años, es uno de los jóvenes atropellados por Lucas Jiménez el martes a la madrugada en avenida Kirchner al 1500, y su estado es grave.
"Está muy mal, con traumatismos severos; jamás reaccionó y estamos viendo qué sucederá de acá en más. Por ahora continúa sedado. Nos queda rezar y pedir por la recuperación de él", fueron las primeras palabras del hombre a LA GACETA.com.
Jorge Martínez volvía de ver el recital de "La Mona" Jiménez junto a un grupo de amigos cuando fue chocado, al igual que otras siete personas, por el hijo del director de la Escuela de Policía. En el trágico hecho perdió la vida una mujer de 23 años, mientras que él es uno de los más complicados junto a una adolescente de 14 años.
"Los médicos le realizarán esta tarde una nueva tomografía (la tercera) a Jorge, a la espera de una esperanzadora mejora. El problema que él presenta es en la cabeza. No está quebrado. Tiene cables por todos lados y no responde. Estamos pasando por un mal momento", continuó Miguel.
Por último, aclaró que uno de los testigos vio lo que sucedió esa madrugada, desmintiendo a Enrique Jiménez, padre del acusado, quien hoy confesó a LA GACETA que su hijo "volanteó porque le rompieron el vidrio con una piedra que le tiraron".
"El relato del testigo no coincide con el del comisario. Según me dijo, él estaba desesperado, con Jorge en brazos, sin saber qué hacer. Mi hijo venía por la vereda, no estaba alcoholizado. Espero que se recupere", finalizó Miguel, que junto a su señora, esperan que su hijo vuelva a abrir los ojos.