Nervios, llanto, preocupación, gente que corría hacia todas partes, policías que custodiaban las vallas. Y calor. Demasiado calor. Todo ocurrió en pleno centro y en horario comercial. Patricia, una vecina, contó que el fuego se inició a las 20.30 en el segundo piso de una propiedad de 24 de Septiembre al 600. En la planta baja funcionaban una mercería y una juguetería.
"Al ratito vinieron los bomberos pero no funcionaba la bomba de agua", afirmó la mujer, que intentaba calmar a los comerciantes de la zona. "Los conozco a los chinos que son dueños de la mercería, Leo y Luis, están allá llorando", agregó, señalando el otro extremo de la calle.
En tanto, la propietaria de la juguetería, Judith, sufrió un ataque de nervios. A medida que las agujas del reloj avanzaban y los bomberos no podían controlar el fuego por falta de agua, la mujer se desesperaba. "Me arruinaron la vida. Que alguien me explique ahora por qué llegó a pasar esto y quién se hace cargo", reclamaba. La bronca de la comerciante fue tal que se acercó a increpar al fiscal Guillermo Herrera (se hizo presente en el lugar, ya que subroga la fiscalía de la III° Nominación). "No tienen agua. Los bomberos son kamikazes por haber trabajado en estas condiciones. Todo esto se consumió porque desde las 20.45 están tratando de conseguir agua. Quiero saber quién se hace cargo de que esto se haya consumido así", gritaba Judith.
"Fue un solo camión el que se quedó sin agua", respondió el fiscal, aunque no descartó que esa denuncia será materia de investigación. "Trabajaron todas las dotaciones disponibles de capital, las Talitas, Lules, Yerba Buena, Tafí Viejo y Alderetes" agregó Herrera.
Sin agua
La desesperación de los comerciantes de la zona crecía cada vez que un cochebomba se quedaba sin agua y los bomberos debían esperar la llegada de refuerzos para reanudar la tarea. Mientras tanto, las llamas salían por las ventanas del primero y el segundo piso, por el techo y hasta alcanzaron un sector de una casa contigua.
La tensión fue tan grande que todos comenzaron a correr. Los policías de la Guardia Urbana trasladaban los matafuegos de la sucursal de "Carrefour" que queda en esa cuadra y de edificios cercanos. Como no alcanzaba, el encargado del supermercado ordenó que sacaran bidones de agua mineral del comercio. Con esos botellones garantizaban la continuidad de la labor hasta que llegaran otras dotaciones.
Los camiones de bomberos voluntarios invadieron la cuadra. Llegó a haber una decena de ellos, además de una ambulancia que se había estacionado en el sector por si hacía falta asistir a alguien. Pero no sólo faltó agua. En un momento los bomberos se quedaron sin oxígeno y debieron recurrir a la ambulancia para que los asistieran. "Por favor publiquen que los bomberos voluntarios trabajamos con nuestros propios recursos y que si no tenemos algo es porque el Estado no nos ayuda", le pidió a la prensa uno de los tantos hombres que corrían con la cara encendida, y bañados en transpiración. Así lograron apagar el fuego a las 23.30.