Darío Zamoratte, presidente de la Liga Tucumana de Fútbol, podrá contar que él hizo jugar las semifinales de la Liga Tucumana de Fútbol sin uniformados y, al menos ayer, sin incidentes. La Policía tendrá la chance de contestarle que, si no hubiera sido por su presencia en las adyacencias de Barrio El Bosque, todos estarían lamentando alguna tragedia. Pero en esta discusión nadie se acordó de los vecinos que vivieron dos fines de semana de terror por culpa de los violentos que caminan impunemente por las tribunas y las calles de cualquier ciudad. Y lo que es peor aún: esta historia se repite cada vez que en esta provincia se disputa un encuentro de importancia.
Los directivos anunciaron que pedirán al gobernador José Alperovich un profundo cambio en materia de Seguridad Deportiva. Los funcionarios dirán lo suyo y tratarán de sacarse toda la responsabilidad de encima.
Pero ninguno le planteará la necesidad de la construcción de un estadio único para que se le cierre las puertas a los violentos, el hincha disfrute de un buen espectáculo y los vecinos pueden disfrutar de un domingo en paz.