QUNU.- Camiones militares, ambulancias y vehículos de construcción estaban aparcados ante la casa en la que creció Nelson Mandela en su aldea ancestral de Qunu, que se prepara para el entierro del héroe nacional sudafricano el próximo domingo 15 de diciembre. Los jóvenes del pueblo, que observaban la casa apoyados contra la verja de una granja, comentaban con orgullo cómo fueron elegidos para levantar la tribuna para el evento que se construirá en la propiedad de Mandela. “Trabajaremos día y noche, pero estamos deseándolo. Es una ocasión histórica y es un privilegio estar implicados en ella”, dice Patrick Nelani, encargado de supervisar la construcción de gradas para acoger a unas 4.000 personas durante el funeral.
El funeral no será abierto al público, pero acudirán los miembros de la familia, amigos, compañeros en la batalla contra el apartheid, políticos sudafricanos y varios jefes de Estado y personajes famosos cercanos a Mandela.
Será enterrado el 15 de diciembre en una tumba familiar que domina desde lo alto un campo de áloe vera y su vivienda familiar; pasó la mayor parte e su infancia en Qunu. Con frecuencia dijo que algunos de los mejores momentos de su vida transcurrieron en las colinas que rodean el área, donde jugó juegos tradicionales de lucha con palo y guió ganado. Allí quería ser sepultado y se cumplirá con su pedido. Las carreteras que rodean la propiedad, que se asienta junto a una gran autopista que vincula el pueblo con Ciudad del Cabo y Durban, han sido cortadas por la policía responsable del tráfico.
“El siempre estuvo muy interesado en nosotros y en lo que hacíamos”, cuenta Nelani refiriéndose a los habitantes del pueblo. “Todos somos su familia y estamos orgullosos de participar en el funeral”. En ese pueblo es donde ha estado viviendo desde que se retiró de su cargo: su vivienda es una réplica de la casa-prisión de Victor Verster (ciudad del cabo) en la que vivió durante dos años hasta su liberación en 1990. Qunu es un pequeño pueblo de chozas de la provincia del Cabo Oriental. Los periodistas comenzaron a llegar allí para buscar desesperadamente una habitación en uno de los pocos hoteles y albergues situados en Mthatha, a 40 kms del lugar. (DPA-especial)