Los protagonistas se llaman Agustín Toscano y Ezequiel Radusky. Artesanos de esa historia de cuidadores que se apropian de una casa de campo cuando los propietarios no están y el conflicto que estalla cuando aparece Pía, hija del patrón. Toscano y Radusky filmaron ese guión, subsidio del Incaa para ópera prima mediante, y pusieron a Tucumán en el mapa del cine internacional. Así de sencillo. ¿Así de sencillo?
“Los dueños” llevó años de trabajo, de búsqueda de productores, técnicos, locaciones, actores. De respaldo económico, en síntesis. Es la ruta que siguen las películas independientes en el país. La diferencia es que Tucumán fue el eje de “Los dueños”. Aquí se rodó -en Famaillá-; de aquí son los padres de la criatura y a la provincia pertenece el elenco que acompañó a Rosario Bléfari.
El año fue un rush inolvidable para Toscano y Radusky, desde la Mención Especial recibida por “Los dueños” en la Semana de la Crítica de Cannes a la alfombra roja de Hollywood, en el AFI Festival de Los Ángeles. En el medio quedó el premio a la mejor película de nuestro Festival Tucumán Cine. Muchas emociones y halagos para ellos; motivo de orgullo pero, sobre todo, un impulso para planificar el crecimiento sostenido de la actividad audiovisual en la provincia.
“Los dueños” no llegó a estrenarse en el circuito comercial, lo que delata lo cerrado del sistema de distribución y hasta qué punto las 17 salas que operan en la capital están subordinadas a lo estrictamente taquillero.
De allí el valor de espacios como el festival “Gerardo Vallejo” (por primera vez distinguió por separado las obras de ficción y los documentales), la Muestra de Cine Europeo, el pequeño rebote del Bafici y el siempre vigente concurso “Cortala!”
Hay numerosos proyectos en danza, guiones que claman por financiación, una Escuela de Cine en ebullición. Ideas, a fin de cuentas, la materia prima esencial. Ahora les toca a ellos.