Sabemos que tomar líquido es importante, sobre todo durante el verano. Desde que éramos chicos lo han repetido los padres y los maestros, y lo escuchamos por todos lados. Sin embargo, los argentinos tomamos poca agua pura: la reemplazamos por jugos sintéticos, gaseosas o cualquier otra bebida dulce.
La consultora TNS Gallup realizó una encuesta para conocer los hábitos de hidratación de los argentinos. Entrevistó a 1.000 mayores de 18 años y detectó que el 78% reconoce que el agua es la bebida más sana, pero solo un 37% la elige para hidratarse a diario. Traducido: solo tres de cada 10 argentinos toma abundante agua pura como primera bebida.
Este dato es alarmante, si se piensa que durante el verano la ingesta de líquidos es fundamental para evitar la deshidratación. Además, hay que tener en cuenta que si los adultos no la incorporan a su dieta diaria, difícilmente, los niños la asimilen.
“Una ingesta de líquidos sin agregado de azúcares, como el agua, contrarresta el aporte de calorías ‘vacías’ que contienen las bebidas azucaradas, que favorecen el sobrepeso y la obesidad. Además, el sodio en cualquier tipo de agua es irrelevante en el marco de una dieta variada y completa”, aclaró Luciano Spena, directivo de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (Aadynd) y director de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad de Morón.
Un alto porcentaje de encuestados, el 72%, reconoció que recién se hidrata cuando tiene sensación de sed.
“La sed no es un buen indicador, porque es un estímulo tardío que aparece una vez que la persona ya está levemente deshidratada”, aclaró Spena.
Sin embargo, al parecer, este dato es ignorado por muchos, ya que el 50% expresó que creía que tomar agua cuando estaban con sed era lo ideal.
Baja el rendimiento
En los últimos años, diversas investigaciones han demostrado que la deshidratación, por más leve que sea, disminuye el rendimiento físico y metal. Esto se acentúa sobre todo durante la realización de ejercicio físico.
“El aumento de la sudoración incrementa el requerimiento de líquido, porque la pérdida de agua y sales es mayor. Hay que reponer en el organismo el agua para mantener el balance hídrico. Por lo tanto, es necesario tomar más de dos litros de líquido, preferentemente agua”, explicó Beatriz Ravanelli, miembro de Aadynd y directora de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad de Belgrano. No hay consenso científico acerca de la cantidad de agua que debe ingerir una persona, pero se recomienda que sean al menos dos litros por día (entre la que se bebe y la que poseen los alimentos). Los varones deberían tomar medio litro más, sobre todo si realizan actividades con desgaste físico.
La especialista recomienda hacer el hábito de tomar un vaso de agua antes del desayuno y otro al acostarse; de esta manera ingresará al organismo casi medio litro. No importa que el agua no sea mineral; siempre y cuando sea confiable, puede ser de red o embotellada.