CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco visitó ayer un pesebre viviente, con unos 200 figurantes, organizado por los fieles de la parroquia romana de San Alfonso de Ligouri, donde le esperaban numerosas personas, entre ellos cientos de niños con globos blancos y amarillos, los colores de la bandera vaticana. Después de rezar en privado, el pontífice argentino salió y saludó a las personas discapacitadas, enfermos y niños que le esperaban.
Para sorpresa de los presentes, Bergoglio también saludó a los protagonistas del pesebre y hasta se dejó fotografiar cuando le pusieron un cabrito en los hombros. Luego se dirigió a la comunidad parroquial, a quienes les dijo: "Agradezco por la acogida, por vuestro fervor cristiano y por este pesebre viviente que habéis hecho".
Esta mañana, el Papa pidió, a través de su cuenta en la red social Twitter, dejar un "lugar libre en la mesa: un puesto para el que carece de lo necesario, para el que se ha quedado solo". En tanto, en la misa que celebró en Santa Marta exhortó a cada uno a vigilar su corazón. "En ocasiones se parece a un mercado barrial donde se encuentra de todo; es necesario saber elegir para no escuchar a los falsos profetas", agregó, según Télam.