RÍO.- La organización Amnistía Internacional (AI) y el Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU expresaron su preocupación por la escalada de violencia en las cárceles del estado brasileño de Maranhao, donde 62 presos del penal de Pedrinhas fueron asesinados por sus pares en una guerra de facciones iniciada el año pasado, lo que obligó al involucramiento de la presidenta Dilma Rousseff.
“Lamentamos tener que expresar una vez más preocupación ante el terrible estado de las cárceles en Brasil y llamar a las autoridades a tomar medidas inmediatas para restablecer el orden en el penal de Pedrinhas y en otros penales del país”, afirmó la ONU. El Alto Comisionado exhortó al gobierno a realizar “una investigación inmediata, imparcial y efectiva de los hechos y enjuiciar a las personas consideradas como responsables”.
Por su parte, AI advierte que, desde 2007, el número de muertes en penales de Maranhao llega a 150. “En este período, graves violaciones de derechos humanos fueron registradas en los penales del estado, como rebeliones con muertes, superocupación y condiciones precarias”, apuntó. La organización reseñó, las denuncias de violaciones de esposas y hermanas de reclusos durante las visitas y la divulgación de un video con brutales imágenes de presos decapitados por sus pares en diciembre pasado, en Pedrinhas.
“Es inaceptable que una situación como esta se mantenga por tanto tiempo sin que haya una actitud efectiva por parte de las autoridades responsables”, señala el documento. La manifestación de Amnistía Internacional y del Comisionado de la ONU coincidió con la divulgación, por el diario “Folha de San Pablo”, de un video de dos minutos y medio en el que los presos de Pedrinhas registraron imágenes brutales de asesinatos de reclusos ocurridos en el penal. Las imágenes, suministradas por el Sindicato de Servidores del Sistema Penal del Estado de Maranhao, son impactantes y muestran a presos circulando entre los cuerpos decapitados de tres detenidos. La gobernación de Maranhao se negó a comentar el video y se limitó a afirmar que habrá una investigación para verificar su autenticidad.
El penal de Pedrinhas, ubicado en las afueras de la capital de Maranhao, Sao Luis, enfrenta el problema de superocupación, ya que alberga a 2.500 presos, 800 por encima de su capacidad. “No seremos dominados ni tampoco amedrantados por criminales. No eludiré mi responsabilidad”, dijo la gobernadora Roseana Sarney, hija del ex presidente y actual senador José Sarney. (Télam)