En el marco de lo que calificó la “cultura del descarte”, el papa Francisco se refirió a los sufrimientos de todo tipo que padecen los niños y expresó que le “suscita horror solo el pensar en los que no podrán ver nunca la luz, víctimas del aborto, o en los que son utilizados como soldados, violentados o asesinados en los conflictos armados”, informó la agencia Télam.
Esta declaración, que era esperada por el sector más conservador de la Iglesia, formó parte del discurso del Pontífice en el encuentro tradicional anual con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, entre ellos, el argentino, Juan Pablo Cafiero.
En el discurso, que fue reproducido por Radio Vaticana, Francisco repasó los actuales conflictos y los problemas sociales del planeta, y volvió a hacer un llamado de paz. “La paz se ve herida por cualquier negación de la dignidad humana, sobre todo por la imposibilidad de alimentarse de modo suficiente”, aseveró y agregó: “no nos pueden dejar indiferentes los rostros de cuantos sufren el hambre, sobre todo los niños”.
Contra la trata
Pero el discurso del Papa no se quedó en el hambre: condenó también el hecho de que las personas -especialmente los niños- sean hechas “objeto de mercadeo en esa tremenda forma de esclavitud moderna que es la trata de seres humanos, y que es un delito contra la humanidad”.
“Por desgracia -añadió-, objeto de descarte no es sólo el alimento o los bienes superfluos, sino con frecuencia los mismos seres humanos, que vienen ‘descartados’ como si fueran ‘cosas no necesarias’”.
Antecedentes
Aunque los conservadores de la Iglesia Católica han acusado a Francisco de no hablar con suficiente convicción en contra del aborto, no es la primera vez que se refiere al polémico tema.
“No se puede esperar que la Iglesia cambie su postura en esta cuestión”, había afirmado en noviembre en su exhortación apostólica “Evangelii Gaudim”. “No es ‘progresista’ intentar resolver los problemas eliminando la vida humana”, añade en ese documento, pero al mismo tiempo reconoce que la Iglesia hizo “poco” para apoyar a mujeres “en situaciones muy difíciles”, como las que sufren pobreza extrema o quedan embarazadas al ser violadas, informó Reuters.
Los católicos conservadores se alarmaron cuando Francisco, en una histórica entrevista en septiembre con la revista jesuita italiana “Civiltá Cattolica”, dijo que la institución debía dejar de lado su “obsesión” con las enseñanzas sobre el aborto, la anticoncepción y la homosexualidad.
Su postura de favorecer la misericordia en vez de la condena ha desorientado a los conservadores, en particular en países ricos como Estados Unidos, donde la Iglesia está dividida en temas como el aborto.