“Siento la necesidad de recordar a Eduardo Falú. Siempre lo hice, no tanto como parte de mi repertorio habitual, sino en el marco de las reuniones musicales”, aseveró Juan Falú, sobrino del excepcional músico salteño fallecido el año pasado.
Esta noche, en el escenario Atahualpa Yupanqui, en la quinta luna de Cosquín, Falú será evocado en un doble homenaje: uno estará a cargo del guitarrista tucumano (radicado en Buenos Aires), que tendrá un acompañamiento de lujo con Liliana Herrero (voz), Lilián Saba (piano) y Marcelo Chiodi (vientos); y luego por el trío de voces femeninas Aymama (Mora Martínez, Paula Suárez y Florencia Giammarche).
En el recital “Falú x Falú” se escucharán temas clave en el extenso repertorio que escribió el creador esencial del cancionero popular. Los que ocupen la plaza Próspero Molina podrán escuchar “Vidala del nombrador”, “Tonada del viejo amor”, “Sirviñaku”, “La cuartelera” y algún tema menos popular como “Resolana” o “Milonga del alucinado”. Como es una instancia especial de recordación, será un show mucho más extenso que los habituales ocho minutos que tienen cada elenco sobre el escenario.
“Será un ensamble instrumental especialmente preparado. Por mi posición parental y musical, me une a Eduardo una relación fuerte. Creo que hay que recordarlo, hay que reivindicarlo y trasmitirle a los jóvenes la obra y el modo de ser, profundo y sobrio, de la obra”, puntualizó Juan Falú.
“Él tenía un sentido del arreglo guitarrístico que era único. Combinaba elementos del lenguaje folclórico con el arreglo contrapuntístico. Fue el primero que usó cantos en los graves al lado de la melodía principal, conducciones de voces; y todo eso significa una influencia para mí cada vez que pienso un arreglo”, agregó el músico.
Eduardo Falú nació en El Galpón, provincia de Salta, el 7 de julio de 1923, pero fue criado en Metán y formado en la capital salteña. Murió el 9 de agosto de 2013 en Córdoba, a los 90 años.
Su inmensa y austera figura; su sociedad con la poética con su amigo Jaime Dávalos, su aporte al reverdecimiento del folclore y su estilo interpretativo lo convirtieron en referencia ineludible para el mundo guitarrístico que, sin embargo, desbordaba con una claridad estética que se ganó el reconocimiento, incluso, de las orillas de la academia, recordó la agencia Télam.