El sol le da brillo al deslumbrante relieve que dibujan los cerros de Tafí del Valle. En el paraje Ojo de Agua, dominado por las elevaciones de El Negrito, se recrea por décima segunda vez “Vida y Pasión de Dios Hombre”, bajo la dirección de Carlos Kanan. El gentío murmurante está arremolinado en las laderas que rodean el escenario.
Leticia Aguilera, de 27 años, se siente afortunada de participar en la obra. Como si fueran rocíos del alba, algunas lágrimas se deslizan suavemente sobre su rostro. En la escena que participa, ella es parte del pueblo que observa cuando Jesús es llevado a la cruz. Su emoción es fuerte, real. La joven es una de las cientos de personas de esta villa turística que, con profunda devoción cristiana e inquietud artística, intervinieron ayer como extras en la dramaturgia.
La representación, como en otros años, reunió a más de 15.000 personas que llegaron desde distintos puntos de la provincia y del país. “Participo de la obra desde cuando se inició con Ricardo Salim. En ese entonces sólo se hacía desde la entrada triunfal a Jerusalén hasta la crucifixión. Ahora comienza con el nacimiento y se extiende hasta la resurrección” cuenta Leticia. “Me gusta la actuación y estar en este trabajo es algo particular. Uno siente todo tipo de emociones: ahogo, alegría y también angustia. Soy de este pueblo y estoy orgullosa de poder ayudar en este trabajo” agrega.
Personas especiales
Selena Romano, de 12 años, también se ve desbordada por los sentimientos que le genera actuar en “Vida y Pasión...”. La niña forma parte del grupo de personas especiales que fueron incorporadas al plantel de extras. Ella sufre de un trastorno neurológico crónico y se muestra muy amistosa con Roque Monasterio, de 37 años, que tiene Síndrome de Down. Lo alienta a no ponerse nervioso antes de salir a escena. Es otro de los compañeros de actuación de Selena. “Hoy desde muy temprano comenzó a recordarme que tenía que venir. Actuar aquí le despierta enorme entusiasmo y alegría” dice su madre Alejandra Chaile.
Kanan, que dirige por segundo año consecutivo “La Pasión”, reconoce que el hecho de hacer participar en su labor a chicos especiales le genera gran placer. “Ellos, como todos los actores, lo viven con intensidad al personaje, a la acción, y por momentos se los ve estallar en llanto”, comenta.
Nuevas escenas
Este año, a la obra le incorporaron nuevas escenas y efectos especiales: durante la crucifixión se recrea en el escenario un temblor con un deslizamiento de piedras, Jesús es llevado al sepulcro, y se vivifica además el ahorcamiento de Judas y la resurrección. Así pasó a durar más: de una hora y media a una hora y cuarenta minutos. Como en el año anterior los roles protagónicos fueron encarnados por Mario Costello (Jesús), Adriana Córdoba (María), Leonardo Gavriloff (Pilato), Julio Chacana (Herodes) y Patricio Gómez Latorre (Caifás). La organización, a cargo de la municipalidad local y el Ente Tucumán Turismo, delegó el cobro de estacionamiento a la comunidad indígena del lugar.
La lluvia del jueves hizo temer la puesta en escena. Pero ayer se despejó el cielo y un sol intenso dio color a los valles e hizo cálida la tarde. Leticia asegura que fue la Pachamama (madre tierra) la que escuchó los ruegos de los miembros de la comunidad indígena. Cerca del escenario, y en medio de las amenazas de lluvia, levantaron una “apacheta” con ruegos a la deidad.
La villa fue una romería
Hoteles colmados.- El interés que despierta todos los años la representación de la Pasión en Tafí del Valle se reflejó otra vez en la notable afluencia de visitantes que registra la villa en estos días. El centro comercial que se extiende por la Avenida Perón, durante todo el día fue una romería en la resultaba muy difícil transitar. Bares, confiterías y restaurantes se exhibieron repletos. Según Andrea Tolaba, directora de Turismo de la municipalidad local, el 100% de la capacidad hotelera local estaba agotada. El jueves, entre las 20 y las 24, la policía registró en el control vial de La Mesada el paso de 1.800 vehículos.
Nada de solemnidad.- El clima del microcentro de Tafí del Valle no exhibía la solemnidad de un Viernes Santo. Al contrario se mostró como el de un día festivo. Por la Perón se instalaron grupos musicales y bailarines, y entre éstos parejas que danzaban tango y folclore. A orilla de la Perón la municipalidad, por su parte, levantó una enorme carpa en la que se instalaron 35 artesanos de la zona. El paseo de compras permanecerá hasta el 27 de este mes.
Una obra emocionante.- Tafí del Valle llegaron visitantes de todo el país. Héctor Argañaraz, de Rosario (Santa Fé) fue uno de los que se ubicó cerca del escenario. “La Pasión es una obra emocionante y más aún para todos los que somos cristianos. El paisaje se convierte en una escenografía única. Uno sale de aquí muy reconfortado” confesó. “Desde hace tiempo me venían comentando sobre esta puesta. Me decían que era imperdible. El año pasado vine y lo comprobé. Por eso regresamos de nuevo con mi familia”, dijo por su parte Andrea González de La Pampa.