MONTEVIDEO.- Uruguay pondrá en marcha hoy la inédita experiencia de regular el mercado de la marihuana, con la entrada en vigor de la ley aprobada el 20 de diciembre pasado. Pese a lo que muchos creen, no se podrá fumar marihuana libremente en cualquier lugar. La medida, que ha tenido una gran repercusión internacional, sí permitirá la venta regulada en establecimientos públicos y parcialmente el autocultivo.
La osada propuesta del gobierno de José Mujica tiene como objetivo luchar contra el narcotráfico, según ha declarado el propio presidente en varias ocasiones. La nueva disposición encarga al Estado el control del cultivo, la producción, la distribución y el consumo del cannabis, definido como “una especialidad vegetal controlada con acción psicoactiva”.
El gobierno calcula que entre fines de noviembre y principios de diciembre se comenzará con la distribución regulada a través de la cadena nacional de farmacias, aunque también se podrá acceder mediante el autocultivo bajo determinadas reglas.
En farmacias se podrá comprar hasta 10 gramos semanales con un máximo de 40 gramos mensuales para el uso personal y los clubes o el cultivo doméstico no superará las seis plantas por cada casa-habitación. El producto de la recolección de la plantación no superará los 480 gramos anuales.
Para acceder a este mercado habrá que realizar una serie de trámites y declaración de datos personales, incluyendo la huella dactilar, datos que serán confidenciales, pero que, según la ley, ofrecen todas las garantías y evitarán transgresiones. El gobierno destinará un predio militar para cultivar el cannabis, aunque especialmente se aclaró que las Fuerzas Armadas no intervendrán en ninguna parte de esta cadena productiva.
La reglamentación también impone reglas para evitar el consumo en lugares públicos. Según las normas, estará “prohibido fumar o mantener encendidos productos de cannabis psicoactivo en espacios cerrados que sean un lugar de uso público o de trabajo”.
Los taxis, las ambulancias, los vehículos de transporte escolar y de servicios públicos como ómnibus y trenes, entre otros, tengan o no pasajeros, serán vistos como lugares o espacio de trabajo.
Al igual que con los cigarrillos o el alcohol también se prohibirá la marihuana en “establecimientos sanitarios o instituciones del área de la salud de cualquier tipo o naturaleza”, así como en “centros de enseñanza e instituciones en las que se realice práctica docente, en cualquiera de sus formas, e instituciones deportivas”. Se prohibe además la publicidad de los productos, por cualquier medio.
Los estudios de mercado que se han hecho en Uruguay permiten estimar que el consumo anual oscila entre 18 y 22 toneladas, por lo cual alcanzará con un predio de 10 hectáreas para cubrir ese universo de usuarios.
El gobierno asegura que “no habrá ninguna subvención estatal y los costos de seguridad biológica y protección de la producción los absorberá quien produzca” según informaron portavoces del gobierno.
El Estado cobrará un canon fijo y otro variable, previsto en el otorgamiento de las licencias cuyo producido se destinará a financiar las campañas de prevención contra el consumo. La marihuana es la tercera droga más consumida en Uruguay pero, más allá de lo osado de la propuesta, Mujica insiste que “no se fomentará el consumo” y se le dirá a la gente que fuma: “No te pases de la raya. Ninguna adicción es buena, la única adicción que se recomienda a la gente joven es la del amor”. (DPA)