No pierde la humildad. Sigue siendo el mismo chico de barrio que partió desde su Yerba Buena natal cuando tenía 14 años. Matías Kranevitter llegó sin hacer mucho ruido al club de Núñez y dos días antes de cumplir 21 años se consagró campeón por primera vez en la máxima categoría del fútbol argentino. “Me parece estar viviendo un sueño. Lograr este título era mi mayor anhelo. En 2008 ya había sido campeón con la Octava y en 2010 con la Reserva. Pero esto es único”, expresó el volante en una charla con LG Deportiva.
“Estuve muy ansioso en la previa del partido con Quilmes. Viví una semana totalmente diferente a las otras. Los días y las horas se me hicieron eternas antes del último encuentro del torneo”, aseguró el “Colo”, que compartió habitación en la concentración con Fernando Cavenaghi. “Es un referente del plantel. Tiene mucha humildad y siempre brinda consejos. Me conoce desde hace cuatro años. En las concentraciones jugamos al metegol, al pool o al ping pong, en lo que me destacó”, explicó.
Aunque está disfrutando de las mieles del éxito, Kranevitter no se olvida todo el camino recorrido. “Soy un agradecido de la vida. Estoy feliz con este presente y creo que las cosas se fueron dando por el esfuerzo que pongo para que todo salga bien. Recuerdo que cuando era chico no la pasábamos bien. Había que trabajar para ayudar a la familia. Cuando tenía 13 años, Eduardo Ramírez me ayudó y me pudé comprar botines y los pasajes. Nunca hay que olvidarse de los orígenes y hay que ser agradecido”, señaló.
El “Tucu” no estuvo solo en el Monumental de Núñez. “Vino mi papá Claudio a ver el partido. Los dirigentes siempre nos dan seis entradas, por lo que desde Tucumán también viajaron mis amigos Rubén Romero, Cristian Pérez, Walter Cruz y Walter Aybar. Fue muy lindo que ellos me acompañen en este momento tan especial”, comentó el volante central, que es admirador de Fernando Redondo, Javier Mascherano y Rodrigo Braña.
“Sin dudas de que este grupo se merecía ser campeón. Uno de los pilares fue el compañerismo que existe en el plantel. Todos tiramos para el mismo lado. Tanto los que jugaron muchos partidos, como los que tuvimos que ingresar cada vez que el técnico lo necesitó. Creo que los 25 futbolistas que integramos el plantel estuvimos a la altura de las circunstancias”, indicó.
A pesar de que hace seis años de que está en Buenos Aires, Kranevitter no deja de extrañar Tucumán. “No cambio a ningún lugar del mundo por mi barrio en Yerba Buena. Ahí está toda mi familia y mis amigos. Extraño muchísimo todo. Comer empanadas y asado. No veo las horas de estar nuevamente con ellos, aunque tendré que esperar. Es que tenemos que jugar con San Lorenzo el duelo decisivo y después un amistoso en México frente a Boca. Voy a ir por primera vez a ese país. Mis compañeros me dijeron que es muy lindo”, enfatizó.
El futbolista también se ilusiona con emigrar al Viejo Mundo, aunque prefiere seguir sumando experiencia en el club de Núñez. “Me contaron que hubo algunos sondeos de clubes del exterior. Yo tengo contrato hasta junio de 2015 con River y mi ilusión es seguir obteniendo cosas importantes en este club”, concluyó el tucumano campeón del fútbol argentino.