COTIA.- James Rodríguez sabía que tendría que asumir el liderazgo de Colombia en el Mundial. Y lo está haciendo: condujo al equipo en el debut ante Grecia y marcó un gol, pero insiste en que en un deporte de conjunto lo que más cuenta es el trabajo en grupo.
La ausencia por lesión de Radamel Falcao García hizo voltear las miradas hacia su compañero en el Mónaco de Francia, una responsabilidad que le llegó a los 22 años y que cada vez lo sitúa más como el heredero de Carlos “Pibe” Valderrama, el ídolo de los años 90. “Todo es gracias a mis compañeros, porque antes que todo somos un equipo”, expresó el “10”.
Si bien el volante lució algo nervioso en el arranque ante Grecia con pases errados, luego asumió su tarea y empezó a ordenar al equipo. “En Banfield lo hice por la izquierda, en Porto por la derecha. Ahora en Francia lo hago más como ‘10’ o media punta. Voy a dar lo máximo donde el técnico quiera que juegue”, asegura. Aunque muestra una actitud introvertida, Rodríguez está acostumbrado a asumir responsabilidades. Si para un jugador no es fácil que todos los consideren el líder de su selección en un Mundial, tampoco lo es para un adolescente que a los 15 años ya jugaba en la liga profesional de su país.
Y eso le ocurrió a él cuando por su buen nivel debutó en el club Envigado sin mucha masa muscular y tuvo que enfrentarse a jugadores veteranos que le ganaban en fuerza. Pero a partir de Banfield todo ha sido éxito para James, que llegó a Porto de Portugal en 2010, donde se encontró con Falcao, y el año pasado fichó por el Mónaco, en el que también milita el delantero ausente hoy.
Al parecer, la vida quiere mantener una relación muy estrecha entre Rodríguez y Falcao, quienes afirman que fuera del fútbol llevan una cercana amistad.
Rodríguez sintió mucho dolor cuando se confirmó que Falcao no podría jugar el Mundial. “El grupo está triste, pero sólo queda jugar, tratar de hacerlo bien y buscar ganar”, avisó “El heredero”, y hasta ahora cumplió. (Especial-DPA)