“Vengo a probar suerte. Tal vez consigo un puesto que me permita despegar. Luego veré qué es lo que hago. Voy por la vida”. Efraín tiene 23 años; dice que va a la Facultad de Filosofía y Letras, pero que necesita dinero para sostenerse. Su familia no puede costearle los gastos. El muchacho bien puede encajar dentro del grupo laboral que la sociología y el mercado de trabajo ha encuadrado en la “Generación Y” (nacidos entre 1982 y 1994). Aún más, esa generación -también llamada Millenials- es de una elevada rotación laboral no tan sólo por cuestiones de mercado, sino también de principios propios: son emprendedores por naturaleza que buscan crear sus propias empresas.
Pero la realidad lo pone en órbita: Efraín es parte del 11,2% de los jóvenes desocupados que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha detectado en su medición del primer trimestre del año. Él no tiene problemas en reconocer que “la calle está dura” y que es muy difícil conseguir un puesto registrado. En Tucumán, la informalidad laboral es la más elevada de la Argentina: afecta al 45,3% de los asalariados del aglomerado urbano provincial. Pero la desocupación juvenil está latente; es más que el doble que la tasa general medida para el distrito (un 5,1%).
Las tasas de desempleo juvenil siguen siendo escandalosas en gran parte de los 31 aglomerados urbanos de la Argentina. De hecho, el índice general ha medido, entre enero y marzo pasado, un 17% para el caso de las mujeres de hasta 29 años y un 12,4% para los jóvenes argentinos. De allí que el Gobierno nacional, a través de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), viene instrumentando el plan Progresar, un programa de respaldo a los estudiantes de 18 a 24 años que no tienen trabajo, trabajan informalmente o perciben un salario menor al mínimo vital y móvil y su grupo familiar se encuentre en iguales condiciones, de acuerdo con la explicación oficial.
Pero el plan del Estado ha despertado más interés entre la “Generación Y”. Según la Anses ya hay poco más de un millón de jóvenes inscriptos a través de la página web www.progresar.anses.gob.ar. Las provincias de Buenos Aires (311.148), Salta (61.355), Santa Fe (61.322) y Córdoba (60.412) son las que poseen una mayor cantidad de adhesión.
En Tucumán, según la Gerencia Regional de la Anses, ya se recibieron 42.000 solicitudes de interesados, de los cuales unos 27.000 están recibiendo la ayuda.
¿Cuál es el cuadro socieconómico de los jóvenes en Tucumán? Algunas conclusiones pueden sacarse a partir de las cifras difundidas por el Indec:
• El principal aglomerado urbano de la provincia es relativamente joven si se toma en cuenta la distribución de habitantes por franja etaria. De las casi 860.000 personas que viven en el Gran San Miguel de Tucumán, un 16,3% tiene entre 20 y 29 años. Son alrededor de 140.000 casos.
• Las mujeres siguen siendo mayoría en el distrito. Son más de la mitad más uno de la población total: el 51,9%. Y son las que más padecen la falta de oportunidades laborales (un desempleo del 11,9%).
• Con los datos existentes, puede inferirse que 17.000 jóvenes tienen problemas de inserción laboral, que buscan y no encuentran un puesto laboral.
• También puede deducirse que, tomando el caso de los 27.000 jóvenes que cobran un plan Progresar, esa franja equivale a casi siete puntos porcentuales de desempleo. No hay que perder de vista que los 19.000 desocupados del aglomerado representan el 5,1% de la población ocupada.
Estructural
Otros patrones que muestran los indicadores socioeconómicos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) es que la desocupación juvenil es casi un problema estructural en la Argentina. Salvo en el NEA, donde la tasa es del 8%, el desempleo juvenil entre las mujeres argentinas supera ampliamente los dos dígitos en el resto de las regiones: desde el NOA (15,2%), pasando por la zona Pampeana (19,3% al cierre del primer trimestre) y llegando hasta la Patagonia (16,4%). La situación es menos traumática entre los jóvenes de hasta 29 años: la tasa de desempleo juvenil oscila entre el 4,95 (en el NEA) y el 13,6% (en la zona Pampeana).
Un reciente informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) da cuenta de la realidad laboral de los más jóvenes. “En el país hay 3,8 millones de jóvenes entre 19 y 24 años, de los cuales un 55% tiene problemas laborales severos. Este grupo se compone de un 15% de jóvenes que no estudian ni trabajan ni buscan trabajo (jóvenes ni-ni), un 11% que está desempleado, un 9% que es trabajador por cuenta propia, está en el servicio doméstico o trabaja sin salario y un 20% que es asalariado no registrado”, indica el reporte.
Es la cruda realidad en la que los números se imponen a las palabras. Y en la que el futuro del mercado laboral aún muestra un gran signo de interrogante.