SAN PABLO, Brasil.- El pitazo final del árbitro, que señaló la victoria por 1 a 0 de la Argentina sobre Suiza, desató la emoción del entrenador "albiceleste" Alejandro Sabella. Con la clasificación a cuartos de final en el bolsillo, el técnico saltó sobre el delantero Ezequiel Lavezzi y lo abrazó. "El Pocho", también exultante, lo levantó en el aire.
El descontrolado festejo ocurrió luego de la broma que el jugador le hizo al adiestrador, cuando le arrojó un chorro de agua en la cara, durante el partido en el que la Argentina derrotó a Nigeria por 3 a 2, en el duelo por la fase de grupos.
Luego de 120 minutos de juego cerrado contra Suiza, y con partido que parecía encaminarse a los penales, el gol Ángel Di María le permitió al equipo nacional avanzar a los cuartos de final de la Copa del Mundo. Fue una liberación para Sabella que, por primera vez, se mostró tan eufórico.