Cuando se sabe con anticipación que se van a recibir visitas, generalmente, se hermosea la casa para que el huésped no solo tenga un recibimiento afectuoso, sino que también se sienta a gusto en el lugar. Julio siempre ha sido el mes turístico por excelencia en Tucumán porque su clima envidiable, que tiene en pleno invierno temperaturas cercanas a los 27° o 30°, y por las vacaciones. El comienzo de la temporada coincide con el aniversario de la celebración de la Declaración de la Independencia, el 9 de julio, que este año contará con la visita de los presidentes Bolivia, de Venezuela, de Uruguay y de Ecuador, además de la jefa de Estado argentina, según anunció el gobernador.
Los empresarios hoteleros y los comerciantes de Tafí del Valle aguardan con inquietud a los turistas porque el nivel de reservas de hospedajes ronda el 50% de la capacidad total de la villa; el año pasado, en la misma época, ya superaba el 70%. Según el titular de la Cámara de Turismo de Tucumán, la gente elige el destino a último momento o directamente durante el viaje, razón por la que al inicio de la temporada las reservas no suelen ser demasiado altas. Confía en que al final, los números terminarán siendo mejores. Por su parte, los comerciantes buscan ponerse de acuerdo en ofrecer precios accesibles y algunos similares a los de la temporada veraniega.
Aunque está muy próxima la llegada de nuestros primeros visitantes, sería importante que se tomaran medidas básicas como extremar la limpieza en los accesos a la ciudad, especialmente en los parques 9 de Julio, Avellaneda y Guillermina, así como en el área peatonal. Ello pondrá a prueba la eficiencia de la flamante Secretaría de Saneamiento y Mejoramiento de Espacios Públicos. Se debería implementar un operativo de vigilancia en El Paseo de la Independencia, en las inmediaciones de los hoteles y en el centro para evitar sobresaltos delictivos.
Nunca está de más concientizar a los dueños de negocios, restaurantes y bares de toda la provincia sobre la importancia del buen trato de su personal hacia el visitante, como también no cobrar precios abusivos que lo ahuyenten. La Municipalidad podría hacer con lo mismo los taxistas y controlar la higiene y el estado de los vehículos, así como la vestimenta correcta de los choferes, y que cobren la tarifa que corresponde. Tal vez podría habilitar una línea 0800 para que el huésped pueda quejarse o aportar ideas.
Se supone que la folletería turística debería estar impresa, por lo menos, en tres idiomas (inglés, francés, portugués). Podrían tal vez organizarse espectáculos callejeros en las plazas, las peatonales o el Paseo de la Independencia, que suelen concitar la atención del peatón circunstancial, o talleres abiertos de danzas folclóricas y tangos. Seguramente, el Ente de Turismo ya ha previsto visitas guiadas a las fábricas azucareras. Sería positivo que las autoridades no pensaran sólo en Tafí del Valle y recordaran que contamos con otros destinos no menos valiosos. Es lamentable que se acorte la 34º edición de la Fiesta Nacional de la Feria, por falta de plata, teniendo en cuenta los voluminosos subsidios que da el Gobierno provincial, por ejemplo, a clubes de fútbol. Este festival se caracteriza además porque más del 90% de su cartelera está integrada por artistas tucumanos, lo cual la jerarquiza aún más. Si queremos que el turismo se convierta en una industria sin chimeneas, todos los tucumanos debemos hacer un esfuerzo para que el visitante no sólo se sienta a gusto, sino que desee volver.