BUENOS AIRES.- El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, evitó hoy hacerse eco de los análisis sobre la actitud de indiferencia e, incluso, de frialdad exhibida por varios funcionarios ante la presencia del vicepresidente Amado Boudou en el acto por el 9 de Julio, en Tucumán.
Consultado sobre este tema, en su habitual conferencia de prensa en Casa de Gobierno, el ministro coordinador aseveró: "No soy ni clarividente, ni psicólogo, ni psiquiatra como para percibir actitudes de las personas respecto de la presencia del vice y el vínculo entre el vicepresidente y sus funcionarios. Me excede en mi capacidad de interpretación", se excusó, de acuerdo a la agencia DyN.
Según pudo verse en las imágenes que mostró la televisión, representantes del Gabinete nacional siguieron casi con indiferencia el discurso que, por el Día de la Independencia, pronunció el vicepresidente, procesado por corrupción en el caso Ciccone.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, fue quien exhibió con más claridad su incomodidad ante la presencia de Boudou en ese acto, al recibir con un rictus tenso el saludo del vicepresidente al final de su alocución.
Capitanich pidió valorar la gesta independentista que se conmemoró ayer en la emblemática Casa de Tucumán y minimizó cualquier otro análisis: "Todos los otros gestos o interpretaciones forman parte de una comidilla que no merece siquiera ningún tipo de adjetivación", remarcó.