Es uno de los históricos de la Generación Dorada y mantiene siempre su relevancia en la conducción del equipo. El heredero de Marcelo Milanesio y Alejandro Montecchia no le teme a cualquier micrófono o cámara y habla sus verdades, como si estuviera en una charla de café. Pablo Prigioni mantiene su perfil de un hombre seguro, como cuando conduce al equipo. Hoy, su experiencia y su sapiencia, lo situaron en una de las mejores posiciones como jugador y persona.
Ya definidos los 12 jugadores, Prigioni, el base titular de la Selección nacional de basquetbol que tendrá como aliados a Facundo Campazzo y Nicolás Laprovittola, dejó sus sensaciones a LG Deportiva, mientras se aprestaba a emprender el viaje hacia Belgrado, capital de Serbia, donde participó del torneo cuadrangular internacional junto al equipo local, Puerto Rico y Turquía, antes del Mundial de España. Ese torneo, que ganó el conjunto balcánico, dejó una preocupación para Lamas, porque el equipo no apareció.
“La progresión alcanzada fue la lógica. Fuimos a Brasil bastante crudos y aparte de las bajas de Luis (Scola) y “Nico” (Laprovittola) teníamos muy pocos entrenamientos y nos vinimos con buenas sensaciones, dentro de todo. Creo que fue una prueba de que todavía necesitábamos más, pero trajimos cosas positivas”, analizó Prigioni.
“En el Tres Naciones de Tecnópolis, dimos un paso adelante en cuanto al juego, la condición física y seguimos avanzando con mejores sensaciones todavía. Todos los torneos nos dieron rodaje y el equipo va encontrando la mejor manera de jugar. Ya no importa quién sea el protagonista. Lo importante es que el equipo está consiguiendo buenas cosas”.
El nacido en Río Tercero, Córdoba (17-05-77), también se animó calificar el presente del equipo. “Estamos seis o siete puntos, pero aún nos queda un último partido, el 25 de agosto, ante España. Ahí veremos realmente dónde estamos parados. Indudablemente que la responsabilidad se acrecienta teniendo en cuenta que vamos a Europa para jugar con un equipo más exigente que los que tuvimos hasta aquí. Y eso será bueno para nosotros para adaptarnos a ese nivel de oposición”, manifestó.
Prigioni, que comenzó su carrera en Belgrano de San Nicolás, pasó luego por Obras Sanitarias, en nuestro país y jugó en Fuenlabrada, Alicante, Baskonia y Real Madrid, todos de España, hasta su presente actual en New York Knicks (NBA, Estados Unidos), disputará su tercer Mundial tras la participación que tuvo en Japón 2006 y en Turquía 2010.
Y pese a que llega con toda esa experiencia en la mochila, reniega de las metas personales en la previa. “En realidad a mí no me gusta plantearme objetivos. Prefiero centrarme en cómo podemos ser mejores cada día, en cómo podemos ayudar a algún compañero a que sume y a que todos aportemos en el grupo”, advirtió el base.
“Prefiero fijarme en nuestro rendimiento como equipo, la suerte, y los cruces, decidirán porque hay muchos detalles que no están en nuestras manos que también van a influir. Creo que tenemos que terminar el torneo sintiendo que dimos nuestro máximo para no poder reprocharnos nada”.
Mucho más después de saber que no estarán en España, por diferentes lesiones, Emanuel Ginóbili, Carlos Delfino y Juan Gutiérrez. “El torneo será muy difícil porque tenemos bajas muy importantes que pesan en el equipo, pero al final vamos conseguir ser un bloque sólido y que juegue como ya hemos demostrado que podemos. Vamos a jugar sin depender de un solo jugador, aunque si un día está inspirado uno, vamos con él, pero lo importante es jugar de manera inteligente”, concluyó.
Argentina debutará en el mundial el sábado 30 ante Puerto Rico en Sevilla, a las 12.30.