Cambiaron la mañana de fútbol y no perdieron la sonrisa. Todo lo contrario, las multiplicaron. “Vale la pena dejar la pelota por un ratito y venir a hacer esto, siempre es bueno ocuparse de otras cosas y más que nada ayudar a criaturas que lo necesitan”, dijo Fabricio Lenci mientras caminaba por los pasillos del Hospital de Niños junto a Diego Pave, Juan Carrera, “Maxi” Velasco y Carlos Chacana, sus compañeros de la delegación de San Martín comandada por el vicepresidente Claudio De Camilo y el DT Osvaldo Bernasconi, que ayer repartió aquellas sonrisas por una movida solidaria que nació en La Ciudadela.
Golosinas, juguetes, llaveros, escarpines, gorras, shorts y camisetas del “santo” repartieron entre cada una de las salas que visitaron. “Uno acá a veces se siente solo, entonces ver a esta gente que viene y te ayuda es hermoso. Es como un pasatiempo necesario entre la rutina de todos los días en donde acompañás a tu hijo internado a veces sin saber de dónde vas sacando la fuerza para seguir”, contó Jéssica Cano, mamá de Naiara, feliz con la bolsita de sorpresas que le acababan de dejar los jugadores. “De verdad se lo agradecemos”, dijo la mamá.
La felicidad se vuelve recíproca cuando se trata de una buena causa, y ayer no fue la excepción. “Esto hace bien a quienes visitan, y claro, a los visitados. A los jugadores les tocó pasar por la sala de cirugía y traumatología (entre otras), y entre todos esos chicos internados tenés nenes que son hinchas y fanáticos. Entonces el solo hecho de sacarles una sonrisa, por la dificultad que están pasando, realmente es muy bueno”, contó Gustavo Muzzo, cirujano de la guardia que coordinó la visita.
En vísperas al debut del equipo en el torneo, la acción de ayer fue un golazo de San Martín por los chicos y el que lo vivió de manera especial fue Chacana. “Es algo lindo vivir otras experiencias con todos los jugadores. Yo la viví antes desde el otro lado, por mi hijo (Igor Chacana falleció a fines de 2011), que también pasó por este hospital. Entonces no es fácil para mí”, dijo el volante entre recuerdos pero con la fortaleza suficiente para saber que su gesto y el de sus compañeros ayer fue lo más importante.
“A nosotros nos toca cambiar de roles un poquito y ayudar al bien del niño y de la familia, para que pueda cambiar un poco de aire. Estamos para eso”, dijo “Carlitos” con la idea de Lenci, “Maxi” y el resto de sus compañeros: volver todos los años y cada vez que se pueda. Sobrará disponibilidad siempre que sea por una buena causa.