Por Ezequiel Martínez - Para LA GACETA - Buenos Aires

Cortázar de la A a la Z (Alfaguara, 2014) no es un álbum biográfico, tal como lo anuncia la portada de esta exquisita edición. Es un recorrido ecléctico, versátil y poco convencional sobre los universos de uno de los grandes escritores latinoamericanos que dio el siglo XX. Esta guía, biográfica y fantástica, propone un camino –lleno de aletazos y zambullidas- por los mundos íntimos y públicos del autor de Rayuela. A cien años de su nacimiento, esta hermosa edición, a cargo de Carles Alvarez Garriga y Aurora Bernárdez, hace honor a la trayectoria existencial de Cortázar; es decir, es un fresco que ilustra –de manera lúdica- su vida, motivaciones e intereses. El material que incluye es valioso – e inédito en muchos casos. Una fotografía auto-comentada con retratos de todas sus épocas y momentos, fotografías de todas las ediciones de sus libros, algunas de sus publicaciones en periódicos y revistas; una antología de textos acompañada de objetos y cuadros que fueron suyos, correspondencia que mantuvo con su madre y su abuela (con quienes tuvo siempre una relación especial), con su editor Francisco Porrúa, con sus amigos los Jonquières, reproducciones de manuscritos y “mecanuscritos” originales, y algunos textos inéditos que, de vez en cuando, se cuelan en estas páginas. Con una selección arbitraria de temas, uno puede explorar sus primeros años como maestro rural en Argentina, la conflictiva relación con su país natal –y la marca de ser parte de dos espacios, Buenos Aires y París, pero la sensación inalterable de no pertenecer a ninguno-, sus lecturas, la pasión por la fotografía, su melomanía declarada (primordialmente alimentada por el Jazz), el interés por el box, su transformación ideológica y política –su vínculo romántico con la revolución nicaragüense, el lazo inquebrantable con las realidades políticas de América Latina, las mujeres y sus amores, anécdotas en primera persona sobre sus contemporáneos de letras; en síntesis, una completa radiografía de los temas –acompañado todo por imágenes cautivantes de su bitácora personal- que integraban el círculo selecto de sus obsesiones. Todo esto y mucho más en una edición que “invita a jugar”, que proponen saltar, dejarse llevar (y caer) por los intersticios que el mundo Cortázar siempre propuso –y que este libro continúa.

(c) LA GACETA

Ezequiel Martínez - Jefe de prensa de la editorial Siglo XXI.