“Ningún viaje en colectivo se va a comparar con el que hicimos a Puerto Madryn, en el torneo pasado”. Maximiliano Martínez recuerda la travesía porque fueron 31 horas eternas dentro del micro, y porque sólo así se puede tomar con calma la nueva misión de San Martín, que parte por la madrugada desde su estadio con destino a Andalgalá, en Catamarca.
“Ya no sabía qué hacer aquella vez. Adentro del colectivo iba, volvía, me paraba, veía películas, molestaba. Volvía a molestar, volvía a ver películas, hablaba con el chofer... Así que ahora estas cinco horas de viaje serán nada. Digamos que si me duermo, cuando me despierte seguro ya habremos llegado”, analiza el lateral sabiendo que todo será livianito a comparación de aquel viaje al sur. Sin embargo, “Maxi” también sabe que muchas cosas pasarán por su cabeza en caso de que el sueño no pueda vencerlo.
“Cuando estemos en medio de la ruta mirando el camino o al cielo seguro pensaremos en todo lo que pasó y soñaremos con lo que viene”, cuenta el hombre, figura indiscutida del nuevo “santo”. “Desde que terminamos el partido con Zapla lo analizamos y pensamos en Unión Aconquija. Por eso el viaje no será la excepción. Se pensará en los errores que tuvimos, o en por qué pasó lo que pasó. Y todos los porqués”, dice Martínez dispuesto a meditar en cada uno de los puntos durante la travesía. “Aparte de calificar todo lo pasado, como la derrota ante los jujeños, en la mente estará la idea de que una derrota así no puede pasar más y que ahora con los chicos nos tenemos que poner las pilas porque de verdad son todas finales. En que hay que dejar la vida, en eso se piensa también”, agrega.
La visita a Andalgalá significará uno de los viajes más largos del equipo en la zona tres del Federal A, que es un torneo justamente reformado para que los equipos no sufran el tema distancia. “Más allá de lo que emprenderemos ahora, vamos a estar más descansados que en anteriores torneos. Nos relajaremos en el hotel y no nos va a pesar tanto el traslado. Lo que quiero es usar las horas de viaje a mi favor”, explica, viendo siempre el costado positivo de la cuestión y repitiendo que toda aquella meditación será esencial.
A “Maxi” lo ayuda el hecho de sentirse importante dentro del equipo y así todo viaje se supera con una sonrisa. Encima él, antes de dejar Tucumán, se guardó un plus en la mochila: fue el autor del gol del triunfo en la última práctica de fútbol cuando los titulares se impusieron 1-0 a los suplentes. En el colectivo seguro soñará con ser el héroe “santo” en Andalgalá.