Pedro César Omodeo (h) inició ayer su segunda gestión como presidente de la Federación Económica de Tucumán (FET). El empresario de la construcción y referente de la rama Industria fue reelecto en la madrugada de ayer, tras un maratónico proceso electoral que estuvo precedido por negociaciones, la injerencia de algún hombre del Gobierno para el cambio de administración -según trascendió- y la incertidumbre. La diferencias se percibieron en la jornada institucional, producto de la puja con Agustín Maldonado (referente de la producción cañera y hasta ese momento, secretario General), pero el actual titular de la FET logró mayor adhesión de los referentes de las cámaras empresarias de Comercio, Industria y Producción, lo que le posibilitó mantenerse en el puesto, obtener un respaldo concreto -a diferencia de la anterior gestión- y avanzar, posiblemente, con reformas internas. Omodeo concedió la siguiente entrevista a LA GACETA.
-¿Cómo será la nueva gestión?
-Básicamente, se confirmó la continuidad de la gestión y del Comité Ejecutivo para llevar adelante una política empresaria a mediano y largo plazo y con una nueva impronta, fortaleciendo el rol de las instituciones del medio. Esto supone que los factores de la sociedad definan qué Tucumán queremos construir. La provincia tiene problemas estructurales que deben ser resueltos a través de la participación activa de los sectores público y privado. Deben salir propuestas de los privados y ser analizadas por al sector publico para que Tucumán recupere el protagonismo a partir de su producto bruto. Hoy, representa un 2% del Producto Bruto del país. La aspiración es que se incentiven proyectos sustentables para que esa representación se eleve a un 5%. Y se debería hacer con iniciativas basadas en dos tipos de inversión: en infraestructura, con proyectos que favorezcan al Norte Grande, y el diseño de obras estratégicas para darle al empresariado local un ámbito de negocio.
-¿Habrá cambios internos?
-Buscamos más representatividad de cada una de las 50 cámaras empresarias, tanto en industria como en producción, comercio y servicios. Es un desafío ‘hacía adentro’ para que los empresarios trabajen permanentemente en propuestas. Para ello es necesario convocar a todos los empresarios para que dentro de este ámbito se analicen las problemáticas del momentos. Una de las propuestas podría ser replantear la filosofía de la Federación, una visión estratégica.
-El reclamo por un bono de fin de año se extiende a Tucumán, ¿cuál es la posición de los empresarios?
-Dadas las condiciones que estamos viviendo, deberíamos encarar una mesa de concertación integrada por los sectores empresario, gubernamental y de trabajadores, con el fin de poder anticiparnos a los problemas de fin de año. Ello significa ceder posiciones. No se puede dar un aumento si no viene acompañado por auténticos ingresos. Debemos convocar de forma inmediata a los sectores para erigir un clima de confianza y encarar rápidamente los procesos que se avecinan, como los reclamos salariales. Si hay demandas salariales, que sea sobre condiciones necesarias y posibles y que no respondan a pedidos desmedidos nacionales: evaluar la realidad y definir qué se puede otorgar en la provincia.
-¿Cómo será la relación con el Gobierno, teniendo en cuenta la coyuntura económica?
-Necesitamos que haya un cambio del Código Tributario y se respete la posición de los empresarios que quieran invertir en la provincia. La presión tributaria existe y Tucumán es una de las provincias con mayor impacto negativo de la política fiscal. Queremos realizar una propuesta no para modificar los impuestos, sino para que el régimen fije una política clara de incentivos para la actividad privada.