Una mañana complicada para docentes, escolares y trabajadores en general. El paro del transporte tuvo un alto acatamiento, aunque los servicios fueron restableciéndose paulatinamente en Tucumán, después de las 7 de ayer. También hubo demoras y cancelaciones de vuelos en los aeropuertos.
“Se plegó el 100% de los trabajadores de los servicios urbanos, metropolitanos y rurales. Además, se hicieron asambleas en todas las empresas”, dijo ayer el secretario adjunto de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) filial Tucumán, Alfonso Canuto. La medida de fuerza se efectuó el mismo día en que el Gobierno nacional autorizó una suba del 12% en los pasajes de larga distancia. La Secretaría de Transporte de la Nación, a través de la resolución 1516, aprobó la actualización de la Base Tarifaria de Aplicación (BTA) para el transporte automotor de pasajeros por carretera de carácter interjurisdiccional, que fue fijada en $ 0,744 por kilómetro, y que regirá a partir del lunes 1 de diciembre.
Se trata del segundo reajuste, en lo que va del año; en enero, el pasaje se incrementó un 15%.
El servicio de larga distancia fue uno de los más afectados en la medida de fuerza, de tres horas, impulsada ayer por los gremios de la actividad. En el caso de Tucumán, se interrumpió -en promedio durante una hora- el tránsito de los colectivos que llegaban hasta la Terminal. No obstante, el paro repercutió ayer con más intensidad en Buenos Aires. No hubo servicios de colectivos, trenes, subtes ni vuelos comerciales en Capital Federal y Gran Buenos Aires, donde las personas viajaron en taxis y vehículos particulares a sus lugares de trabajo, consignó la agencia DyN.
Pese a la alta adhesión a la huelga, el Gobierno se limitó a apelar “a la comprensión” de los trabajadores, quienes reclamaron un bono de fin de año y la modificación del Impuesto a las Ganancias. En tanto el gremio de Camioneros, que conduce el jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, anunció que antes de fin de año se realizará “un plan” de lucha “que contempla un paro de 24 o 48 horas” y no descartó la adhesión de otros gremios a la huelga.
Los efectos
La medida de fuerza paralizó por completo la circulación de colectivos de corta, media y larga distancia, y de los trenes que conectan a las Capital con el Conurbano bonaerense, por lo que se impidió que la mayoría de las personas puedan trasladarse a sus puestos de trabajo, entre las 4 y las 7. Por la medida también se registraron demoras y cancelaciones en los vuelos del Aeroparque Metropolitano “Jorge Newbery” y en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
El titular de la Unión General de Asociación de Trabajadores del Transporte, Omar Maturano, estimó en un “100% de adhesión” a la medida de fuerza, “con asambleas en los lugares de trabajo”. Por su parte, el jefe de la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte, Juan Carlos Schmid, sostuvo que la huelga del transporte tuvo “un alto nivel de adhesión” y destacó que, en la actividad marítima, hubo “paralización”, debido a que el “90% los trabajadores” de su sector “no va a cobrar el aguinaldo” porque será afectado por el Impuesto a las Ganancias.
Frente a la medida de fuerza, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, reclamó a los empleados del transporte “ser solidarios con el conjunto del pueblo argentino”, por evaluar que “los principales perjudicados” por el paro eran “los trabajadores”. Poco antes de partir en un vuelo privado hacia Brasil junto al ministro de Economía, Axel Kicillof, Capitanich dijo que, “para mejorar la infraestructura” y “las condiciones de transporte, es necesario tener recursos”, como los que se obtienen a través del Impuesto a las Ganancias, por lo que “el Gobierno apela a la comprensión de todos” porque “todo no se puede”.