Fue un día largo para Atlético. Hasta puede decirse que el plantel trabajó en doble turno: por la mañana, el equipo se entrenó en el complejo Ojo de Agua pensando en el partido ante Santamarina. Por la noche, la actividad consistió en hacer fuerza por All Boys que recibía a Huracán, uno de sus principales competidores por el ascenso.
La jornada matutina dio sus frutos ya que el plantel sigue en perfectas condiciones físicas para el duelo clave, pero la nocturna dejó un sabor amargo: el “globo” venció fácilmente al “albo” 3 a 0 y lo alcanzó en la tabla.
Las opciones de ambos ahora son iguales: ganar y esperar la ayuda del rival del enemigo para ascender directo. De lo contrario, si ambos sacan los tres puntos o empatan, habrá desempate, probablemente en Córdoba. Santamarina debe imponerse en el Monumental y esperar que Huracán pierda para subir. Si ganan los de Tandil e iguala el “globito”, el desempate será entre ellos.
“Tanto nosotros como Huracán jugamos de local y todavía no está nada dicho. Dios y la Virgen quieran que Independiente Rivadavia le saque un empate a ellos”, rogó Guillermo Acosta.
El “Bebé”, como la mayoría de los tucumanos del plantel vio el partido por su cuenta. En su caso, lo hizo junto a su pareja, Luciana Guzmán y su hijo Thiago.
Varios de los jugadores foráneos organizaron en el vestuario la reunión y vieron los goles del 3-0 en una casa de Yerba Buena.
El cuerpo técnico optó por quedarse en el hotel donde se aloja. Al inicio, Juan Manuel Azconzábal, Ariel Zapata y Rodrigo Anaya vieron el duelo en el bar pero pasada media hora subieron a sus habitaciones.
De ninguna forma se pudo torcer la historia: Atlético debe ganarle a Santamarina el lunes (ver destacado). Para ascender en el mejor de los casos, o para ir al desempate.