BUENOS AIRES.- El sufrido Racing se consagró hoy campeón del Torneo de Transición luego de trece años sin títulos, a estadio lleno con más de 50 mil hinchas, y muchos otros que se quedaron fuera del Cilindro vestido de fiesta.
Una victoria 1-0 sobre Godoy Cruz que se complicó sobre el final le alcanzó para mantener la luz de dos puntos sobre River y pudo dar por fin la vuelta olímpica con el gran Diego Milito en andas, detalló DyN.
Con la vuelta de Milito tras su gran carrera en Europa, convertido en un estandarte y el único en haber celebrado los dos últimos títulos con la camiseta, y con la identidad de juego que le dio el entrenador Diego Cocca, Racing sumó su decimoséptimo título de campeón local entre el amateurismo y la era profesional.
La angustia de los estoicos hinchas de Racing tuvo su fin recién en el tercer minuto del segundo tiempo cuando un cabezazo de Ricardo Centurión, uno de los jugadores de la cantera de Racing que Cocca terminó de esmerilar, especialmente su carácter en cancha, puso el cabezazo que hizo temblar el Cilindro. Ese gol liberaba de investigar qué pasaba en Quilmes con River, que necesitaba ganar y esperar al menos un empate de la Academia.
Pese a que sobre el final el gol de Carlos Sánchez puso en alerta a Racing, encima cuando Godoy Cruz se le fue encima y hubo más de un susto.
En el primer tiempo pareció que Racing no llegaba más a esa apertura del marcador y el arquero Sebastián Moyano parecía tener el mejor partido de su vida, sacando pelotas imposibles a Milito.
Media docena de chances tuvo Racing y se desesperaba corriendo y trabando, como si las energías podrían durar in eternum.
En el cielo de Avellaneda empezaron a verse fuegos artificiales, pero no significaba un festejo anticipado, sino que esa fiesta era ajena, en la vecina Capital.
Cómo iba a festejar Racing anticipado, el sufrido Racing que supo esperar 35 años sin poder festejar un título local.
Aquel que cortó aquella racha fue el de los días terribles de fines de 2001, puntualmente el 27 de diciembre de ese año.
Aquel 1-1 ante Vélez, con cabezazo en off side de Loechbor y final de angustia tras el empate de Mariano Chirumbolo, había sido la última gran alegría, en un país que atravesaba opacidad.
Parecía que iba a ser más holgado este título. No fue así, sobre el final Racing, como suele ser, sufrió con algunas llegadas de Godoy Cruz, pero esta vez la pierna de Luciano Lollo salvó el último intento del "tomba".
Racing pudo gritar campeón y dar la vuelta con un estadio de fiesta y sus jugadores con la camiseta con el numero 17 de los títulos académicos en medio de una lluvia de papeles y una copa en alto.