De profesión, evangelista tecnológico. GAby Menta tiene varios trabajos, la mayoría de ellos de nombres desconocidos. Por ejemplo, es “Technical Evangelist” para Adobe Systems, específicamente en Acrobat, el software de edición de archivos PDF. GAby (sí, la G y la A van con mayúsculas) es uno de los predicadores que se encarga de formar una masa crítica que establezca un estándar de calidad para una nueva tecnología. Eso es lo que hace para la empresa californiana.
De profesión, speaker. GAby Menta está catalogado como uno de los mejores oradores de la Argentina y ha obtenido el cuarto lugar en el ranking mundial del “Mejor Orador Hispanoparlante”. En esa condición ha venido tres veces a Tucumán para cerrar el Congreso Regional de Turismo, donde brindó charlas frente a cientos de empresarios, estudiantes y soñadores de la industria sin chimenea. “Ser digitales extremos” fue el título de su última conferencia; en aquella oportunidad, Menta ametralló palabras sobre las últimas tendencias y estrategias para llegar al gran público. GAby ve un micrófono y parece que le dieran cuerda: no para de hablar hasta que le dicen basta, y eso es precisamente lo que ocurrió durante su charla con LA GACETA.
De profesión, consultor. GAby Menta testea nuevos productos para empresas como Adobe, Macromedia y Apple, redacta un informe con su opinión y, muchas veces, genera cambios. Se posiciona desde el lugar del usuario final, no del experto en tecnología que ha estudiado Sistemas hasta cuarto año en la universidad. Y esa opinión, hoy, es la que más cuenta.
De profesión, influenciador. GAby Menta hace de las selfies de su vida un trabajo. Muestra su estilo de vida (en aviones, en alguna cadena internacional de café, en la calle con unas zapatillas que le gustan) y, sin invitar a nadie a comprar, influencia en las decisiones del público. Él cuenta su experiencia con un producto o servicio, no empuja a nadie -al menos textualmente- a consumir nada, y lo hace no como una celebrity, sino como un “usuario común”. Algunas compañías le pagan por eso, pero -según cuenta- si eso no sucede y a él le gusta una marca, lo hace igual. “Porque hoy, la gente vive de las experiencias ajenas”, explica.
La receta
Pareciera que GAby Menta tiene la receta. Tal vez cambie en dos o tres meses, pero hoy tiene la receta para llegar a las almas atadas a la red. Lo que convence hoy -sostiene-, lo que capta la atención de los posibles clientes, son, por ejemplo, los videos cortos que apelan a la emoción, a la vida real, a la experiencia humana. “Videos que reflejan lo que vos sentís, tus vivencias. A eso le ponés dos gotitas de música, más dos gotitas de emoción (que se logra teniendo un guión, contando una historia), lo mezclás, lo metés en internet y ya está. Un poquito en Facebook, otro en Twitter y no olvidarse de Instagram, que está siendo la red más poderosa para llegar a la gente”, enseña este chef de pelos desalineados y palabra ágil. ¿Así de fácil?
Sobre esto último habló en Tucumán. En 2013 dio una charla sobre “Social marketing + mobile marketing. El marketing que llegó para quedarse”; en aquella oportunidad se refirió a la necesidad imperiosa de estar presentes en los teléfonos móviles. En 2012, en tanto, evangelizó con las redes sociales en la cabeza y su valor como herramienta para promocionar destinos. Sus charlas apuntaron principalmente al sector del turismo (habló durante el congreso de Turismo), pero tranquilamente pueden extenderse a todas las áreas productivas, el marketing y la comunicación.
El valor de la emoción
“Mi mensaje final es que hoy cualquiera puede hacer lo que hacen las grandes empresas de comunicación. Los presupuestos se han achicado muchísimo con el acceso a la tecnología. Hoy podés hacer una producción excelente con un buen celular y después ayudarlo desde la edición. Además, quiero que los asistentes tengan claro que para conectarse no sólo existen Twitter, Facebook y los móviles: hay que pensar en un contenido, hay que pensar en una historia, en un cuento, una anécdota y, si no la hay, inventemos una historia. Ya no basta con la aplicación para el teléfono, que te dice dónde estamos ubicados, el GPS, la temperatura, la distancia, avión, micro, moto, auto.... Es genial todo eso, pero falta la parte emocional, lo que te conecta con el lugar, lo que te permite que vos vayas y cuentes tu experiencia en el mismo momento. Y eso te va a traer más clientes”, dispara durante un break en el congreso.
Él, confeso enamorado de la marca de la manzanita, está feliz estrenando su iPhone 6. “Con esto y con mucho menos que esto podés hacer un video tremendo”, se entusiasma.
Entonces, si no son los enormes presupuestos destinados a la publicidad, si no son los dispositivos de última generación con los que se la produce, ¿qué es lo que conquista? “Son las ideas. Definitivamente son las ideas. Y las historias”.