MAR DEL PLATA.- Fue un banco de pruebas este partido entre Boca y Vélez en “Mardel”, aunque no tendrá nada que ver con lo que jugarán el miércoles 28, en el mismo escenario, por el desempate de la Copa Libertadores. El de ayer, un atractivo 2-2, dejó buenas sensaciones para los protagonistas, que vivieron estos 90 minutos con diferente intensidad. El golpe de uno fortificaba al otro. Así fue en la mayoría de los sucesos importantes en el estadio mundialista.
Boca llegó a abrir el marcador casi de casualidad. Fue por una buena jugada de Federico Carrizo, quizás el mejor de la cancha, que buscó al debutante Pablo Pérez, quien intentó cortar el área y cazar el centro bajo de “Pachi”. Pérez casi que le pifió a la pelota, pero su toque descolocó a su marcador y al arquero. Gol: 1-0. No duró mucho, porque Milton Caraglio logró la paridad dos minutos después: otra vez la zaga de Boca entregó licencias. Al descanso 1 a 1.
En el complemento, el rendimiento de uno se volvió a pegar al momento del otro. Vélez sacudió primero la red con otro cabezazo de Caraglio, y parecía que la “V” se llevaba por delante el encuentro. Pero no. Boca despertó, Carrizo siguió haciendo de las suyas y Emmanuel Gigliotti encontró el 2-2 con otro cabezazo en la zona roja.
Ya sobre el final, Boca pudo haberlo ganado. Sin embargo, la fortuna no ayudó al chico Vadalá, algo que le viene pasando seguido a Boca. Cuando merece más no lo consigue. (Especial)