ROMA.- El Papa Francisco presidió dos misas de Viernes Santo, orando por los cristianos perseguidos un día después de que milicianos islamistas atacaron una universidad en Kenia y mataron al menos a 147 personas. El pontífice encabezó el Vía Crucis en el Coliseo Romano e impartió la bendición apostólica.
Las persecuciones religiosas actuales fueron el tema que predominó en ambas liturgias del Santo Padre en el día en que los cristianos de todo el mundo recuerdan la crucifixión de Jesús.
"Vemos (en Jesús) a nuestros hermanos perseguidos, decapitados, crucificados, por su fe en tí. Bajo nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice", dijo el Santo Padre después del tradicional "Vía Crucis" en el Coliseo de Roma.
El Papa habló con una voz sombría después de que personas de Italia, Irak, Siria, Nigeria, Egipto, China, Oriente Medio y América Latina se turnaron para portar una cruz de madera entre las 14 estaciones que recuerdan las últimas horas de la vida de Jesús.
En el ataque del jueves contra la universidad en Kenia, milicianos de Al Shabaab comenzaron una masacre indiscriminada, pero posteriormente liberaron a algunos musulmanes y se concentraron en estudiantes cristianos durante un sitio que se extendió durante 15 horas.
En un servicio previo de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro, Francisco escuchó al predicador oficial del Vaticano acusar a la comunidad internacional de indiferencia ante la persecución de los cristianos.
El padre Raniero Cantalamessa, cuyo título es "Predicador de la Casa Pontificia", se refirió al ataque en Kenia durante la liturgia de la "Pasión del Señor", en la que el Santo Padre se tendió a orar en el suelo de mármol de la Basílica de San Pedro.
La ocasión es una de las pocas en las que el Papa escucha predicar a alguien más.
"Desde luego, los cristianos no son las únicas víctimas de la violencia homicida en el mundo, pero no podemos ignorar que en muchos países son las víctimas que sufren más ataques", afirmó.
Cantalamessa criticó "la inquietante indiferencia de las instituciones del mundo y de la opinión pública ante todas las matanzas de cristianos".
Además del ataque en Kenia, mencionó la decapitación de 22 cristianos coptos egipcios en febrero a manos de milicianos del Estado Islámico en Libia.
Francisco expresó preocupación por la situación difícil de los cristianos que son perseguidos por su fe y dijo que se justificaría que la comunidad internacional usará la fuerza militar como último recurso para frenar la "agresión injusta" del Estado Islámico.
El Viernes Santo fue el segundo de cuatro días consecutivos de actividades papales que concluyen con el Domingo de Resurrección.
En la noche de mañana, el líder de los 1.200 millones de católicos apostólicos romanos del mundo celebrará la misa de Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro y el domingo dará su bendición bianual "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo). (Reuters)