Fue un superclásico vergonzoso. Los inadaptados que dañaron a los jugadores de River evidencia la barbarie que domina a la gente. Pero que los jugadores de Boca hayan aplaudido a quienes pusieron al país en los diarios del mundo es peor. Los hinchas que le tiraron proyectiles demuestra que este es un país donde falla la educación y la cultura. Un club que no controló a quienes llevaron las bengalas. Un futbolista muerto porque su cabeza chocó contra un muro de cemento en una cancha que no está construida con normas de seguridad y que nadie controló. Que se le cierre la puerta a los hinchas visitantes. Todo esto debe llevar a a reflexionar a quiénes gobiernan.
Todo hincha “bostero” que se precie de serlo siente vergüenza. Desnudamos algo que los argentinos “todos y todas” sabemos. Nuestra patria navega en “aguas peligrosas” por la falta de valores y la instalación de la violencia como moneda corriente que vienen de todos los sectores, incluso desde el sillón de Bernardino Rivadavia. Estimados y queridos hinchas de River acepten mis disculpas por lo sucedido. Pondré mi granito de arena pidiendo disculpas personalmente a todos mis amigos y conocidos hinchas de River. Y a mis amigos “bosteros” los invito a hacer lo mismo ¿Se animan a hacer “la diferencia? Yo sé que sí