Un colectivo con 30 pasajeros (22 tucumanos y ocho salteños) que intentaban disfrutar de sus vacaciones de invierno había salido el viernes de Tucumán. De acuerdo al itinerario que les habían ofrecido en la empresa de turismo “Bali-Hai”, iban a realizar paradas en diferentes ciudades de Bolivia hasta llegar a su destino final: Machu Pichu, en Perú. Pero una imprevista protesta gremial, que mantiene sitiada a la ciudad boliviana de Potosí, les impide continuar el viaje y desconocen hasta cuándo estarán allí.
De acuerdo con el programa de las vacaciones, los pasajeros debían pasar la noche del domingo en Potosí y ayer tendrían que haber continuado viaje hacia Puno. Sin embargo, debieron pernoctar por segunda vez en la misma ciudad mientras aguardaban que les abrieran paso para seguir con el viaje, que tiene prevista una duración de 15 días.
El propietario de la agencia de turismo mediante la cual viajó el contingente, Fernando Mignone, explicó a este diario que se trata de una protesta que excede a la firma. “No dejan pasar a nadie en 90 kilómetros a la redonda”, advirtió el empresario. Quienes encabezan la manifestación son los integrantes del Comité Cívico Potosinista (Comcipo).
Según señalan en sus portales los medios de comunicación bolivianos, Comcipo reclama la instalación de una planta de cemento, la justa repartición de las regalías mineras, el mejoramiento de infraestructura caminera y un mayor presupuesto para obras. “Lo que ellos exigen es que se acerque el presidente Evo Morales para poder hablar con él. Pero Evo no quiso acceder”, explicó Mignone.
Juan Rodríguez, otro de los responsables de la agencia de turismo, comentó que la protesta había comenzado cinco días atrás pero que los manifestantes endurecieron su postura recién el lunes. “Antes había cortes, pero eran temporarios. Ahora dejaron totalmente incomunicado Potosí. No hay forma de entrar ni de salir de la ciudad por ninguna vía”, afirmó.
De acuerdo al panorama que brindó Rodríguez, la situación en Potosí se complica cada vez más. “Están todos los negocios cerrados, hay barricadas por todas partes y la Policía está acuartelada, sólo se ve a un grupo paramilitar que ronda por las calles. Hay escasez de alimentos. La situación es bastante delicada”, graficó.
En declaraciones telefónicas a TN, Maricarmen García, una de las turistas argentinas atrapada por el conflicto describió: “estamos encerrados sin salida. No hay policías. Estuvimos muy asustados. Huimos porque nos quisieron pinchar las ruedas de los autos. Hay muchos piquetes. Es un laberinto sin salida”, dijo.
A Rodríguez le recordaron que la última revuelta de este tipo que hubo en Potosí fue en 2013. “Esa vez duró 17 días la protesta, así que el panorama no es el mejor”, comentó.
“Contenidos”
Pese al estado de caos en el que está sumida Potosí, desde “Bali-Hai” aseguraron que los turistas tucumanos están bien. “Queremos llevar tranquilidad. Nuestros pasajeros están contenidos, nuestra empresa se hará cargo de los gastos de esta noche extra de hotel y tienen aseguradas las comidas correspondientes”, aclaró el dueño de la agencia.
Los viajeros tucumanos no son los únicos argentinos varados en esa ciudad boliviana, sino que también hay personas de otras provincias. Las distintas agencias de viaje, en conjunto, habían solicitado la intervención del Consulado Argentino en Bolivia. “Desde el Consulado enviaron un funcionario, en el auto oficial, pero tampoco le permitieron pasar. Queremos pedir un salvoconducto para que nos dejen continuar con el viaje”, indicó Mignone.
Los agentes turísticos argentinos que se encuentran en Potosí iban a reunirse anoche con un grupo de representantes de Comcipo para negociar una salida de la ciudad. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no había novedades acerca del desenlace de ese encuentro.