De no creer... La violencia en el fútbol trasciende las fronteras y esta vez llegó a Bulgaria donde, durante un partido amistoso, un grupo de barrabravas de CSKA de Sofia, protagonizó un triste episodio en su propia cancha.
Cuando moría el partido ante el Ashdod israelí, un jugador visitante cometió una violenta falta por la que fue merecidamente expulsado por el árbitro. Sin embargo, no contentos con la roja, los violentos asaltaron el campo, luego de arrojar una gran cantidad de botellas contra los jugadores, para castigar a los visitantes y cobrar venganza.