La espera del resultado había sido larga. El café mitigó la ansiedad apenas el gobernador José Alperovich, su familia y parte de su comitiva ingresaron a la Casa de Gobierno. Fue después de las 19.
El catering no fue tan abundante como la noche del domingo 9. Pata de cerdo, empanadas, sandwiches y la tradicional milanesa fueron preparadas en los pasillos laterales del primer piso de la sede del Poder Ejecutivo. No hubo tanta ostentación como hace dos semanas. Tampoco la música fue tan alegre en las primeras horas posteriores al cierre de los comicios. El murmullo invadió el Palacio de Gobierno cuando trascendieron datos de los incidentes en el interior de la provincia. Hubo reuniones en la Secretaría de Seguridad, entre el ministro del área, Jorge Gassenbauer; el secretario, Paul Hofer, y algunos miembros de la cúpula policial. No había ánimo para festejos hasta entonces. A las 23.40, el candidato a gobernador Juan Manzur salió a repudiar los incidentes y los actos violentos de la jornada electoral. No había aún tendencia acerca del resultado.
Sin embargo, cuando comenzaron a cargar los datos de las primeras mesas, el rostro de los funcionarios fue cambiando. Varios de ellos y sus parientes salieron luego al Salón Blanco a cantar la marcha peronista, con un vaso de fernet en la mano. Luego de los fuegos artificiales vino el malbec y el champán.