La mano derecha de Miguel Amargós requiere tanta delicadeza como un metal precioso, como el oro de la medalla que ganó en los Juegos Panamericanos de Toronto. A más de un mes de su éxito, el karateca, más que transitar una recuperación, vive una etapa de evaluación. “Vamos a dejarla un tiempo más para ver cómo reacciona. Todavía está inflamada. En octubre o noviembre vamos a hacer los primeros contactos para analizar la recuperación”, le comentó Amargós a LG Deportiva.
El principal objetivo para sanar la fractura del segundo metacarpiano es evitar el quirófano. “Optamos por no hacer la cirugía para que no se debiliten los demás huesos”, explicó. Con esa realidad es que el karateca se entrena con cuidado. Al tatami todavía no lo visitó y tampoco requirió un sparring. “Vamos bien: ya puedo entrenar lo que es movilidad, contacto todavía no. No voy a exponer el metacarpiano”, insistió. El complemento para mantenerse en forma se lo da el gimnasio y el ciclismo.
Todo indica que Amargós no volverá a competir en esta temporada. Si bien hay torneos nacionales en los que podría tener actividad, la mano derecha, como está, no debe ser exigida, más teniendo en cuenta el compromiso de la selección argentina. “En noviembre empezará el entrenamiento duro porque hay que estar al cien por ciento para la Premier League de París, en enero”, destacó el campeón Panamericano.
Mientras tanto, la euforia por la gran conquista se mantiene, pero ya le da tiempo para disfrutar también de cuestiones más terrenales. “¿Me llamás mañana? Aquiles tiene prueba y estoy de maestro, je”, pidió Amargós en el primer contacto con LG Deportiva. Disfruta cuanto puede de su hijo y no es para menos: su relato, con la voz quebrada, pidiéndole disculpas por su ausencia minutos después de ganar la medalla, recorrió el país. LG Deportiva “interrumpió” otra tarea del papá que esta vez se sacó el delantal de maestro y se puso el de cocinero mientras también prepara, a fuego lento, lo que quiere que sea otro éxito deportivo.