Imposible calcular la cantidad de horas de sueño que le habrá costado a Daniel Hourcade imaginarse una, otra y otra vez, ese momento que le daba razón de ser a dos años de trabajo minuicioso y planificado hasta el último detalle: sentarse en una de las cabinas del gigantesco Wembley a observar el debut de sus Pumas en el Mundial de Inglaterra frente al mejor equipo del planeta. Parecía que no llegaba nunca, pero llegó, y ya quedó atrás, dejando un sabor dulzón en la boca más allá de una derrota que no deja de ser lógica.

“El equipo dejó la vida en la cancha. Fue un muy buen primer paso en este Mundial, porque se vieron cosas que son las que queremos que hagan en la cancha. Ahora, a pensar en lo que viene”, clausura el tema el tucumano, llamando a mirar hacia adelante. Desde este punto, el debut contra los All Blacks ya es parte de un pasado que solo vale escarbar en videoanálisis.

Ahora bien, en esta antesala mundialista hemos podido leer y escuchar bastante al entrenador, pero poco y nada al hombre. Porque por muy sofisticado que suene eso de ser head coach de Los Pumas, Daniel sigue siendo el mismo: un tipo de acá a la vuelta, sencillo, sin aires de estrella, que cuando puede se da un tiempito para contestar mensajes de congratulaciones y buenos deseos.

“Todos sabemos cómo pega este deporte en Tucumán, pero en los pocos días que estuve en la provincia quedé sorprendido por las muestras de afecto y deseos de éxitos que me manifestaron”, confiesa “Huevo”. Con eso y un poco más no le hizo falta llevar amuletos al Viejo Continente. “No soy cabulero, así que no me traje nada especial. Las cosas de siempre, las fotos de siempre, y por supuesto, el afecto de muchísima gente”, destaca.

Sereno

“La verdad, estoy mucho más tranquilo de lo que pensé que iba a estar”, afirma Hourcade. Al fin y al cabo, este no es su primer Mundial, ya que había dirigido a Portugal en Francia 2007. Sin embargo, considera que la historia viene por otro lado. “Me parece que tiene que ver con que hicimos todo lo que podíamos y queríamos hacer para prepararnos debidamente -recalcó-. Se hizo todo lo que planificamos. No nos faltó nada, todo lo que pedimos nos lo dieron. Está todo planificado desde hace mucho tiempo y puedo decir que llegamos como pretendíamos. Por supuesto que algo de ansiedad y nervios hubo, y seguirá habiendo, pero dentro de todo viví estas semanas con bastante tranquilidad”.

Oídos sordos

Cuando asumió la conducción de Los Pumas el panorama era desolador: en la cancha, el equipo acusaba el impacto del Rugby Championship y la transición; fuera de ella, un vestuario fracturado y varios jugadores enfrentados con la cúpula de la UAR. A él mismo, que venía de dirigir cinco años a los Jaguares, el semillero de Los Pumas, le tocó bancarse las críticas por su supuesta “falta de pergaminos”. Hourcade respondió con trabajo y de a poco su estilo más abierto al ataque y no tan encorsetado en la defensa fue ganando adeptos. Hoy, sus Pumas parecen haber convencido hasta a los más escépticos.

“Sinceramente, no me fijo en esas cosas. Si lo hago puedo perder el foco. Sé que estoy muy expuesto y soy blanco permanente de críticas, pero yo no estoy acá para taparle la boca a nadie. Estoy para trabajar por el rugby argentino, y eso es precisamente lo que hago todos los días de mi vida”, advierte “Huevo”.

“Después del Mundial 2007 se retiraron varios de los mejores jugadores y se tuvo que pasar por una muy larga transición, que la sufrimos todos los argentinos. Por eso, cuando nos tocó asumir presentamos un proyecto con objetivos a corto, mediano y largo plazo, para que eso no volviera a suceder -explicó-. Nos propusimos ampliar la base de jugadores para contar cuando menos con tres o cuatro opciones por puesto, y hoy manejamos más o menos esa cifra. También quisimos ampliar la base de entrenadores, y hoy tenemos ocho en Senior y cuatro en Juveniles, todos muy capacitados y con la misma línea de juego”.

“Estamos muy orgullosos del trabajo realizado hasta aquí”, enfatiza Hourcade, y para corroborar su entusiasmo apela a un ejemplo: “fijate el pack de forwards que hoy tenemos: sacando a algunos ‘viejitos’, muy necesarios por cierto, casi todos tienen 21 y 22 años, y ya tienen experiencia en el primr nivel y hasta lograron triunfos sobre potencias. A partir del año que viene, esos chicos van a tener 30 partidos por año para jugar en el máximo nivel gracias a la franquicia en el Súper Rugby y a Los Pumas. Es sólo pensar y darse cuenta de que en dos o tres años tendremos un equipo muy poderoso, joven y con la experiencia suficiente para estar entre los cuatro mejores del mundo”, avizora.

Pero el futuro ya llegará. Lo que importa ahora es el Mundial, y la imagen que Los Pumas dejen en él: “¿Cómo me gustaría que se recuerde a estos Pumas? No lo sé. Creo que todos los que vistieron esta camiseta deben ser recordados como ‘grandes’. Nosotros sólo pretendemos agregarle dinámica y ofensiva al juego tradicional del seleccionado, para competir de igual a igual con las potencias. Pero eso no cambia nada: los Pumas siempre serán los Pumas”.

Lo que se viene

Georgia

“Se trata de un equipo muy duro, que progresó mucho útimamente. Además, la mayoría de sus jugadores actúan en el Top 14 de Francia o en Pro D2. Tienen una defensa muy sólida, y eso se pudo ver ante Tonga. A pesar de ser un tanto previsibles, son muy físicos y basan su juego en ese aspecto, va a ser un rival muy complicado sin dudas. La clave será darle mucha dinámica al juego, ya que vimos que se desordenan cuando esto pasa”.

Tonga

“Es un típico equipo isleño: fuerte y hábil. Si están en un buen día complican a cualquiera, aunque también pueden jugar muy mal. Si los analizás individualmente, tienen un equipo tremendo. Quizás su falla está en no ser tan sólidos en lo colectivo, se basan más en las individualidades. En este partido hay que ser disciplinados, no fallar en la obtención y ejecutar el plan de juego de la mejor manera, no desesperarse ni entrar en el desorden porque ahí es donde ellos se sienten cómodos”.

Namibia

“En los papeles es el más débil del grupo, pero también ha mejorado bastante. Me sorprendió en sus últimos partidos. Trata de darle mucha dinámica al juego, arriesga bastante y tiene algunos jugadores con unas destrezas muy buenas. Sus puntos débiles están en la obtención, sobre todo en el scrum. Ahí no los veo sólidos. Hay que tener buena obtención, no dejarles pelotas de calidad (presionar sobre los fijos) y mantener una defensa muy agresiva”.