Los robos que sufrieron fueron tres, pero los intentos de asalto son permanentes en una panadería ubicada en la esquina de Las Heras y Rondeau. Las empleadas de ese local volvieron a ser blanco de los delincuentes el miércoles a la noche, cuando un ladrón arrancó la caja registradora y se la llevó.
El robo se produjo alrededor de las 21.20. En ese momento, una de las empleadas estaba en la cocina y la otra, Verónica Alejandra Acosta, había quedado en el salón. La joven estaba atendiendo a dos clientas, una de ellas con un bebé en los brazos y un niño de ocho años, cuando paró una moto afuera. El muchacho que viajaba como acompañante se bajó y entró a la panadería.
“¡Dame la plata ya!”, le ordenó a la empleada, que inmediatamente trabó la caja. “Metía la mano abajo de la remera y hacía como que iba a sacar un arma, pero no tenía nada”, contó Acosta. El ladrón se metió detrás del mostrador y, de un solo tirón, arrancó la caja registradora. Después intentó arrebatarle la cartera a la mujer que llevaba el bebé, pero el niño que la acompañaba comenzó a llorar. “Me parece que los gritos del nene lo asustaron y por eso se fue”, comentó la empleada. Dentro de la caja había alrededor de $ 1.700.
“Es el tercer robo que sufrimos en un año y medio, la última vez fue el 19 de abril, pero intentos de asalto hay todo el tiempo”, dijo Acosta.