En este caso, el mal que sufren muchos no debería ser considerado un consuelo de tontos. Los 30 clubes de Primera tienen serias dificultades no sólo para sacudir el mercado de pases, sino para siquiera participar. Atlético es uno de los 26 equipos que estarán en la máxima categoría que aún no contrataron al menos un refuerzo para la próxima temporada.
A duras penas, como la mayoría de los conjuntos, el equipo de Juan Manuel Azconzábal se encuentra renovando los contratos de los jugadores que vienen de salir campeones en la B Nacional. Nicolás Romat, Emanuel Molina, Leandro González y Miguel Julio Rosette son lo más parecido a incorporaciones de las que puede jactarse Atlético y en realidad se trata de elementos de la base del equipo versión 2015 que el entrenador pidió volver a ver en 2016.
“Queremos asegurar primero lo que ya tenemos y después salir a buscar”, dijo Mario Leito. La realidad es que los precios del mercado están por las nubes y una prueba fehaciente de ello es que sólo uno de los equipos grandes logró hacerse oficialmente de un jugador: Racing, que ya fichó a Lisandro López. El delantero regresará al club tras varios años en el exterior. Los otros equipos privilegiados son: Vélez (Cristian Nasutti), Sarmiento (Emanuel Trípodi, Kevin Mercado y Marcelo Salvaggio) y Estudiantes (Lucas Viatri).
Ni Boca, ni River, ni San Lorenzo ni Independiente lograron concretar la llegada de una cara nueva. Por supuesto que el conteo no incluye los benditos rumores que circulan por los medios.
En Boca, las llegadas de Daniel Osvaldo y del ex Estudiantes Jonathan Silva parece un hecho pero aún no llegó a materializarse en la firma de un contrato. ¿Por qué? Las benditas diferencias económicas.
“Si a los clubes grandes de Buenos Aires se les hace difícil negociar, imaginate a nosotros”, razonan desde la dirigencia de Atlético.
En muchos otros casos, la razón apunta a lo organizativo. La danza de técnicos parece más movida que la de jugadores y si un equipo no tiene el entrenador confirmado, difícilmente pueda traer refuerzos.
En otros casos, el problema es que para muchos, la actividad acaba de terminar. Sin ir más lejos, Huracán perdió el miércoles la final de la Copa Sudamericana y otros clubes clasificaron a su versión 2016 el fin de semana pasado. Necesitan más tiempo, algo que, casualmente, no abunda.