Tucumán, al igual que el resto del país, está en pleno período de vacaciones de verano. Los niños y jóvenes se encuentran descansando de sus obligaciones escolares, con tiempo libre para realizar diferentes actividades de esparcimiento y recreación al aire libre. Pese a esto, muchos espacios públicos no reflejan un período vacacional. Las plazas están vacías. No hay niños jugando ni jóvenes tomando mate. Como contrapartida se ven merenderos sucios y juegos tapados por la maleza.

LA GACETA hizo un recorrido por alguno espacios públicos de la ciudad que se encuentran descuidados y sin mantenimiento.

Los vecinos, indignados, coinciden en que los yuyos de más de medio metro de altura constituyen un foco infeccioso y una guarida para malvivientes. Piden que la Municipalidad, a través de la Dirección de Espacios Verdes, tome cartas en el asunto.

Un caso de falta de mantenimiento es la plaza Don Bosco, ubicada en el cuadrante de las calles Corrientes, Santiago, Alberti y Pasaje Frías. Una vecina precupada por el mal estado del paseo contó que la semana pasada llamó por teléfono al municipio. “Vinieron empleados de Espacios Verdes, sacaron fotos y se fueron. Queremos que corten el pasto y que poden los árboles. Debido a las condiciones del lugar aumentó la inseguridad en el barrio”, expresó atemorizada. “Hace más de un mes que no vienen a cortar el césped. Nos cansamos de reclamar. Estamos acostumbrados a tener la plaza en malas condiciones” reconoció Francisco Toscano.

En el espacio verde de calle Paraguay al 3.400, en barrio Kennedy, el pasto de más de medio metro de altura es una constante. “Los vecinos llamamos a la Municipalidad pero no atienden nuestros reclamos. Decidimos recaudar dinero y desmalezar en forma particular porque si no esto se convierte en un basural”, argumentó Graciela Cosimano.

Esa plaza cuenta con muchos juegos para niños que están en desuso. La abundancia de maleza los lleva al olvido.

Tierra de nadie

Igual suerte corren los vecinos de avenida Ejército del Norte y Chile. En la plaza que está en el límite del barrio Juan XXIII el pasto es de más de un metro de altura e impide a los peatones caminar por la vereda.



Jorge Asme
, un comerciante de la zona, contó que hace tres meses que la Municipalidad no corta el césped ni realiza trabajos de limpieza. “Está todo tapado de yuyos. Los delincuentes se esconden allí. De noche es tierra de nadie, la zona es muy peligrosa” detalló.

Los ciudadanos de los diferentes barrios coincidieron en explicar que los pastizales crecen más rápido debido al incremento de las lluvias en esta época del año. Por eso piden mayor atención de los funcionarios municipales a los reclamos que vienen realizando.

Cuando LA GACETA quiso consultar sobre el tema al director de Espacios Verdes, Marcelo Alonso, este se encontraba saliendo de una reunión y dijo que no podía atender los requerimientos de nuestro diario.